Entre tiempos

Te veo, me vez, nadie nos vio, nadie habló, ¿nada pasó? ¿Existió? Nos comunicamos sin palabras, ¿sentiste lo mismo que yo? ¿Ese tiempo tiene valor? ¿Quién será nuestro testigo?, “la memoria”, dices tú, o pensé que lo dijiste, porque recuerda, nadie habló. ¿Cuándo fue, hoy, mañana o ayer? ¿En dónde estás tú, dónde estoy yo? Podríamos encontrarnos en un presente, yo abandono el pasado, tú espérame en el hoy, mañana se me hace difícil alcanzarte. ¿Quién nos va a recordar? ¿Cómo nos vamos a recordar? ¿Cómo hacemos para llevar este tiempo siempre con nosotros? “En la memoria”, volviste a decir, o te volví a pensar diciéndolo. ¿La memoria? Pregunté desconfiado, ¿Y cuando envejezca, quién nos ha de inventar y dar voz? “La historia”, respondiste recargando tu cabeza en mi hombro. ¿Confías en ella y en quien la escribe? “Sí”, dijiste en voz baja. Intentando vivir, me encontré preocupado por el mañana, desde donde tú habías vuelto o no habías ido por estar aquí conmigo, en este tiempo que no recuerdo si es presente o pasado, a menos que haya sido yo, quien desesperado por verte, crucé del pasado a tu futuro, tu presente, pasando de largo por el mío para estar contigo. ¿Y dónde estás?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Navidad y los universitarios cristianos

¿Por qué soy cristiano? De John Stott

Hay tantas cosas en el corazon