Respuesta a: Dios, amistades y misión
Te escribo esta carta con palabras llenas de alegría, esperanza, melancolía y cansancio. Estas últimas dos semanas fueron muy agotadoras por las múltiples actividades. Por lo que leí en tu último mensaje tú tampoco tuviste días tranquilos. Gracias a Dios por permitirnos cansarnos para su Reino y para que otros descansen. Estos días sin recibir noticias de tu parte me sorprendieron, es una sensación nueva que no había experimentado. Orar ayudó a permanecer en la confianza de saberte acompañada y cuidada por Dios. Al leerte me emociona imaginar las aventuras por las que atravesaron y no dudo hayan sido buenos tiempos para compartir en comunidad y con el Dios de la vida. Seguramente ya traerás nuevas preguntas parar sembrar en esta cabeza mía. Estoy pensando que debemos planear las conversaciones de reencuentro. Aunque probablemente no tengamos el tiempo deseado por las actividades de verano agendadas acá en casa. Ya Dios, que permitió la