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Mostrando entradas de mayo, 2011

Me encantan las citas!

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Y es que lo emocionante es lo desconocido del momento, lo valiosa de la otra persona, lo importante que es para ambos conocerse, saberse indispensables el uno para el otro; los temas de conversación, los gestos, el lenguaje corporal y de los silencios; en pocas palabras, el inicio de la creación de un lenguaje nuevo que sólo cifran los dos y desconocido para el resto del mundo. Me emociona agendar citas, y no pienso solamente en aquellas de amistad o románticas, sino en algúnas más importantes, que repercuten en la eternidad, es decir, aquellas en las que otras personas se encuentran por vez primera con Jesús... sí, pienso que esa son las mejores citas, cuando estás frente a ese personaje, cuando lo observas detenidamente, por primera vez y escuchas sus palabras o, cuando después de un tramo del camino él te dice: "Bien, ahora vamos a un lugar desierto para platicar"... simplemente me encantam las citas con el Maestro, mi familia, mis amigos y contigo...

Tus ojos verdes

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Porque son, niña, tus ojos verdes como el mar, te quejas; verdes los tienen las náyades, verdes los tuvo Minerva, y verdes son las pupilas de las huríes del Profeta. El verde es gala y ornato del bosque en la primavera; entre sus siete colores brillante el Iris lo ostenta, las esmeraldas son verdes; verde el color del que espera, y las ondas del océano y el laurel de los poetas. Es tu mejilla temprana rosa de escarcha cubierta, en que el carmín de los pétalos se ve al través de las perlas. Y sin embargo, sé que te quejas porque tus ojos crees que la afean, pues no lo creas. Que parecen sus pupilas húmedas, verdes e inquietas, tempranas hojas de almendro que al soplo del aire tiemblan. Es tu boca de rubíes purpúrea granada abierta que en el estío convida a apagar la sed con ella, Y sin embargo, sé que te quejas porque tus ojos crees que la afean, pues no lo creas. Que parecen, si enojada tus pupilas centellean, las olas del mar que rompen en las cantábricas peñas. Es tu frente que co

Melina

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Había caminado despistado sin considerar quien estaba a mi lado sentado en la terraza del café de enfrente, había más motivos que la curiosidad para acercarse a aquel sujeto de mirada concentrada y larga cabellera que descansaba tarareando alguna canción. Defraudado por no poder adivinar su nombre pregunté al mesero, que con atención le servía más vino y conducía a alguna mujer hasta él, a quien con atención saludaba y escribía alguna frase sobre la servilleta o sobre algún cartón. "Es Camilo Sesto", dijo el mesero y yo ignorante como siempre respondí: "¿Quién?", pero al escucharme sonrió pensando que estaba asombrado y no confudido. De tal forma que como me ocurrió con Rubén Darío la ocasión anterior, me presenté formalmente y esperé su benevolencia, para dedicarme algún instante de su tiempo, y con gratitud me senté ante él cuando me dio la bienvenida. Platicamos y le escuché cantar, quedé satisfecho, él se disculpo por marcharse cuando llegó por él una bella muje

Triste cuento

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Te paseas contenta luciendo ese cuerpo tuyo que apenas conoces, pero algo parece andar mal, observas confundida por cómo te ven los demás cuando estás n medio de ellos, y no lo entiendes. Sin embargo, al paso del tiempo, te diste cuenta que aprendiendo a usar tu cuerpo conseguías poder. Y al saberlo sonreíste. Y yo, que te vi desde el otro lado de la plaza, lamenté que hayas perdido tu dulce inocencia y sonrisa ingenua; pusiste fin al ángel bello y despertaste de los infiernos al demonio y sus pasiones. Ahora caminas buscando que alguien te desee y logres obtener cualquier cosa de valor del mejor postor. Mataste la ingenuidad, dejaste la vida, caíste en la red de la mentira, dejaste de ser mujer para convertirte en objeto. Y de ese triste cuento todos fuimos culpables.

cUANDO las Co$a$ parEcen no EsTar en sU LuGar

... lo peor es cuando tienes muchas cosas en la mente y no puedes escribir sobre ellas al mismo tiempo... descanso, tranquilo, búsca al Señor... escucha su voz... guardo silencio, me dejo abrazar, él tiene el control, mi alma encontrará descanso... podré callar... las palabras esta vez salen sobrando...