Plegarias I

Señor, no nos dejes vivir dos realidades sin que éstas se crucen y sean incompatibles.

Señor, no me permitas y no nos permitas disfrutar de una realidad de prosperidad optimizada por autosugestiones pseudocristianizadas, ni enamorarnos de un discurso cristiano triunfalista.

Señor, no me hagas olvidar la realidad del dolor, donde viven los seres humanos, sintíendose solos, frustrados o miserables.

Señor, enseñame a vivir en tu verdad, a caminar al lado del resto de la humanidad con dolor pero llevando tu amor y esperanza.

Señor, perdónanos, porque hemos construido otro mundo, nuestro mundo -donde tú no habitas-, ante la incapacidad e ignorancia de cómo transformar el verdadero.

Señor, somos culpables, culpables por escapar de la realidad, por ir contra tu oración, esa en la que pediste que no fueramos sacados del mundo.

Señor, perdónanos por escapar de la realidad, por contribuir a la deconstrucción del mundo con nuestra negligencia.

Señor, nos han quedado grande los títulos, todos los títulos, nos han quedado grandes: "pueblo de Dios, "testigos", "sal de la tierra y luz en la oscuridad", "siervos", "hijos de Dios" y "cuerpo de Cristo", porque los hemos pisoteado y no hemos construibuido a honrarlos.

Señor, salvo honrosas y humildes ecepciones, tu pueblo, nosotros, nos hemos acostumbrado al mundo, nos alegramos sinceramente cuando el mundo sufre de dolor y muere en la desesperación por buscar respuestas y algo que le de sentido a su existencia...

Ayúdanos tú Señor, no nos dejes a nuestra comoidad, no nos sueltes...

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