Entre alegrias y añoranzas
Tijuana hoy se despertó como siempre, apresurada, con miedo, entre lo espeso de la brisa y lo dañino de la contaminiación se percibe un aroma como de miles de cafés. Los días como hoy me agradan, son mis favoritos, templados, con poco frío, provocan cambios en mi estado de ánimo, son siempre favorables, es raro describirlo, pero si me conoces sabes y entiendes bien lo que te digo. Hoy son muchas cosas mezcladas, mañana seguramente habrá resaca, ayer acordamos aplicarle la autanasia a mi mascota, enfermó y después de una semana de tratamiento no mostró mejoría, voy a llorar por su ausencia. Después de una semana, todavía no terminamos la mudanza, vivo en dos casas, una donde todavía se resisten a continuar nuestro viaje unas viejas cajas, en otra, grande, fría, donde me instalo en un nuevo cuarto. Hace dos días tuve una deliciosa y tierna conversación que no quiero olvidar. Hoy por la mañana recibo nuevos correos que me invitan a seguir planeando. Antes de escribir estas líneas leo un comentario que me provoca risa. Así estoy yo, contento por muchas cosas, melancólico por otras, tranquilo.
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