Sentimientos paralelos

Pocos sitios tiene la cualidad de provocarme las mismas emociones, como la emoción de ver alguien llegar o partir, pocos son los sitios, debo admitirlos, o son pocos porque tal vez no conozca otros más para poder decir que son muchos. En el hospital llegan muchos, ahí mismo parten otros para no volverlos a ver. En el aeropuerto pasa algo casi similar, me alegro por los que veo llegar, me entristesco por los que veo partir pero sé que los volveré a ver, ya sea recibiendolos en su llegar o viendolos a mi espera, si es que acaso soy yo el que voy a ellos. En pocos lugares puedo senti las mismas emociones, o mejor dicho, cosas distintas, pero similares -espero y entinedas-, me provocan pensar y sentir casi lo mismo, los hospitales y los aeropuertos. En ambos lugares hay espacio suficiente para un efusivo "bienvenido" y queda todavía un poco para un menos agradable "adios". Lo bueno, o lo que diferencia, para mí a estos dos sitios, porque ya los he hecho míos, son el tiempo de la despedida, o lo larga de la visita, en uno despides para volver a ver, tal vez, algun día; en otro, jamás verás a la persona, al menos no como la recuerdas. No se, tal vez, en esos dos sitios hay tiempos suficientes para fabricar recuerdos.

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