Caminando entre calles...

¿Ya caminaste por entre las calles y te enteraste de lo rápido que se mueven todos? Ayer recorrí otra vez una vieja acera olvidada, un tramo corto, no muy largo, era una banqueta ancha, cubierta por la sombra de los edificios. La recorrí contento pero tal pereció que yo era el único determinado a hacerlo sonriendo. La primera persona que me encontré fue un bolero, que sentado en el suelo esperaba paciente como pescador su sueldo, nos veía a todos con la misma rapidez, primero al rostro, después al calzado. Fue extraño, curiosos. Lastima, llevaba tenis, no era para él cliente. Así seguí por ese trayecto, después me encontré a una señora, caminaba lento, deteniéndose en las paredes, no sé que fue pero al verme tuvo miedo, todavía hoy me pregunto el porqué. Sin embargo lo más sorpréndete fue poder leer en sus ojos el miedo, el miedo que ha hecho nido y acompaña en pequeña guarnición extra al platillo del pan nuestro de cada día.

¿Te has tomado la molestia de ver con quien te encuentras? Reconoces el temor en los ojos de aquel que camina sintiéndose inseguro, del que sufre porque es tarde y no puede encontrar cómo regresarse a casa por un camino seguro. No puedes ver el clamor de justicia que ha diario ahogan con demagogia.

La inseguridad en Tijuana continúa, es mentira lo que nos dijeron los que salen en la televisión y hablan en la radio, no se ha ido, sigue y parece que quiere quedarse. El desencantamiento de las palabras vacías, de quienes ostentan autoridad precisamente en las palabras escritas en algo que se llaman leyes, ha robado la esperanza, todo parece que apuntar a llevarnos a una sociedad desangrada, harta, estafada, ya no se cree en nada, no en las palabras, no en las personas, no en nada, caminan sobre el aire… ¿Cómo hablar de esperanza y amor? ¿Cómo hablar de la justicia del reino? ¿Quién cree en un Dios de justicia?

Después delas diez y cuarto tal vez haya esperanza, después de las diez y cuarto hay un mañana con sol radiante, después de las diez y cuarto la ciudad y los individuos que la formamos continuamos caminando por baquetas llenas de basura, por allá se ven sueños rotos hechos bolitas como de papel, por aquel otro lado frascos vacíos de esperanza.

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