Sobre inviernos y primaveras
¡La besé, la besé, la besé!
Y mi boca probó el hielo de sus labios,
Que arrancó el fugo a mi aliento,
Aún aturdido y viéndola despedirse
Quedé desconcertado,
Y mi alma me preguntó sollozando:
¿Por qué no pereciste en el intento?
Cuando te busque en el firmamento, en una noche estrellada,
Otra vez el frío del invierno lastimará mis mejillas,
Cuando camine a tu encuentro sumido en mis silencios.
El camino cristalino quedó de tu estela
y nada sobrevivió a la helada de tu aliento,
dama hermosa y delicada,
lo blanco de la nieve sepultó la esperanza de florecer,
el desastre es grande a pesar de ser un breve tiempo.
el frío incrementa conforme al atardecer.
El Aquilón golpeará como gigante,
intentará arrancar los sueños desde raíz y no hay más camino que seguir.
El sol anunciará tu arribo,
tu próxima llegada,
y entre las estrellas tu mirada se asoma discreta.
Pero te vuelves indecifrable, confusa, misteriosa.
A qué palabras tengo que acustumbrar mi oído para escucharte?
Cuáles son las palabras que escucha tu corazón para hablarlas?
A dónde hay que ir a buscarte eterna primavera?,
para caminar a tu lado por verdes prados pintados de tulipanes y margaritas.
El sol a punto está de salir!
La noche pasará como velo y los verdaderos colores se podrán percibir,
y saludo con gozo nuestro encuentro.
Danza de ninfas y faunos, es el sueño del encuentro.
Música de viento,
que acaricia los brazos desnudos de los árboles y los invita a bailar a su compas.
Melodías de aves coloridas, que llenan con su volar el inmenso cielo,
silencios de colores y sombras, de olores y recuerdos.
Inicia la fiesta de las flores,
todas bellas se cubren con sus colores,
los blancos no demoran en aparecer,
los rojos y amarillos impactan apun en el atardecer.
Canto de gorriones, conversaciones de zumbidos,
encuentros de flores y abejas, cita puntaul de los queridos.
Las bellas formas aparecen caminando hermosas,
dueñas de sí, seguras y proponiendo,
Cuán es la belleza que irradian al ser libres!
Entre las más nobles de las causas merece la pena combatir por ello.
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