A Tijuana
Tijuana tuya, Tijuana de todos, Tijuana de ninguno, Tijuana tuya. Separada de tus hermanas, no te sientas a la mesa con las que visten finos colores y se ruborizan al escuchar tu nombre, aunque de tus rentas y prostituciones se compra el alimento y el pañuelo con que limpian sus bocas. Joven abandonada que te dejaron al olvido del extranjero, ¿Por qué han de juzgarte si hablas inglés y no llamas por las noches a la Nación como madre? Porque tú, mi querida Tijuana, poco o nada le debes a los que se sientan en el Altiplano Central y ven con el mismo lente el norte, morada tuya. Jamás te han conocido más que por tus desventuras, jamás han querido hacerlo, joven hermosa, jamás lo querrán hacer, y tú que te empeñas en mostrarte bella y elegante, ¡déjalos! Abandónalos a tu olvido, síguelos viendo lejos, que tú, aunque en tus sangre corre también la de ellos, no es la misma, porque no se duelen cuando te sangran ni se dolerán, porque para ellos somos otros, eres lejana, indómita, fiera y bella.
Tijuana tuya, Tijuana de todos, Tijuana de ninguno, Tijuana tuya. Que en épocas de crisis te quieren hacer suya, ¡no te dejes!, continúa esforzándote. Tijuana incomprendida, desconocida, maltratada, ¿porque cuando a tus hermanas pretenden cuidar te cortan tu libertad? Tijuana tuya, Tijuana de todos, Tijuana de ninguno, Tijuana tuya. Siempre luchando, contra los tuyos y contra el extranjero, despreciada en casa, que buscas llamar la atención del gringo. Tijuana tuya, Tijuana de todos, Tijuana de ninguno, Tijuana tuya. Que aunque te separaron, todavía regresas, Tijuana de ningunos, que no era, pero construida por valientes y aventureros, abrigo del honesto y cómplice forzada del delincuente. Tijuana tuya, Tijuana de todos, Tijuana de ninguno, Tijuana tuya.
Y de mis palabras no me retrarto yo, las acompaño hasta donde han de llegar y frente al que no las quiere escuchar, porque las disparé a quemarropa, encendido de ira, como esfuerzo último del desventurado que te quiere evitar la ruina.
Por momentos me hizo eco de aquel joven Jeremias que escribió hace cientos de años a la desventurada Israel...disfrute mucho la lectura.
ResponderEliminarGracias.