Nunca Antes

Nunca había contextualizado para otros mis poemas, menos los más viejos y menos el primero...

ahora como no queriendo saber el por qué decido hacerlo, y tal vez sea porque entre las cosas viejas, donde reguarmente se encuentran los recuerdos olvidados, encontré mi primer blog de notas. Mi corazón saltó dentro de mí como extrañado de lo que ahí iba a encontrar, o abrí como en secreto, leí a presurado, sonreí, me burlé inocentemente de mi mismo, me pregunté acerca de lo que pasaba por mi mente cuando plasmé en papel algo que entonces consideré importante. Lo interesante fue encontrar en letras de canciones, ahí están las letras de una canción de Rojo, Alex Campos, Rescate y Marcos Vidal. Inmediatamente después, como en la sexta página aparece como tesoro un poema, no recuerdo, pero puedo pensar que fue el primero que escribí, no el primero que pensé, o el primer verso que me salió, sino el primero que tuve el valor de escribir y dejarlo ahí, como al olvido, pero hoy lo he descubierto y ahora me soy a mi mismo sujeto de análisis. En seguida de mi poema, al que regresaremos después, está una incipiente ficha bibliográfica sobre un libreo de Cristina Pacheco que no me he olvidado que me gusta y sigo buscando como desespereado, tal vez esa primera lectura sea la que más me ha marcado, por lo delicado de sus historias, porque no tienes finales felices, porque son voces, porque son breves. No cabe duda, ahora que lo pienso, que mi serie Después de las diez y cuarto le deben mucho a ella, total, no hay nada nuevo debajo del cielo, nadie es un genio que aparece en el curso del tiempo sin deberle al menos una coma a quien lo precedió. Mi blog de nota finaliza con una frase de Einsten, “Es más importante la imaginación que los conocimientos”, pienso que arranqué muchas hojas, dejé evidencia de ello.

Regresar a mis primeras letras me hace ver como iba entretejiendo mis gustos y mis inclinaciones. Por alguna razón el arte y la literatura especificamente significó mucho para mí en mi segunda etapa de la prepa, ahora lo entiendo. Este caracol peregrino que escribe encontró dificultades para incorporarse a un grupo de compañeros que ya llevaban año y medio interactuando, creo que es el grupo en donde nunca pude entrar, por eso busque alivio en los libros, no es por nada que en ese momento fue cuando me convertí en asiduo lector de novelas, una pequeña parte de los volúmenes de la biblioteca del COBACH pasaron por mis manos.

Pero regresando a mi primer poema, es interesante lo mucho que me cautivó la muchacha a quien se lo escribí, no la conocía entonces, no la conozco hoy, sólo la ví esa vez y fue suficiente. Vaya que pueden esperear de un adolescente de diez y seis años. Sin embargo aún lo recuerdo, como visiones, pero tengo consciencia de ello. Un día cuando iba de camino a la escuela, me rebazó una muchacha del CONALEP, como con un gesto automático la ví, era linda y se estaba sujetando su cabello rubio y suelto con un listón color rosa, le sonreí, ella me devolvió la sonrisa y siguió caminando, tal vez iba tarde, fin, no la volví a ver jamás. No obstante yo, soñador desde entonces según veo, me sienté a escribirle un poema, que lejos de ser el mejor que hecho, tiene el cariño de ser el primero, pero es interesante como aparecen en él algunas frases que siguen estando en mí, total, lo dejo aquí como he dejado muchos otros. Ha de ser en mí una constante escribir con alguien siempre en mente.


Caminaba al son del viento

perfecto equilibrio de ternura y belleza

mudo testigo un árbo

que la vió saltar.


Tan jove y hermosa

apenas se escuchaba su canto.

Espléndido rostro de ángel,

alma soñadora, indomable.


Un instante bastaba

para pederse totalmente

en el mar de su mirada.

Afanozo recuerdo.


Cada uno de sus movimientos,

tímidos al sujetarse los dorados cabellos.

Color rosa presentado en forma de listón.

¿Alguna vez soñaste en ser parte de aquella imagen?



Comentarios

  1. Ooohh... Interesante leer los primeros versos escritos (y conservados), gracias por compartirlos! =)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Navidad y los universitarios cristianos

¿Por qué soy cristiano? De John Stott

Sobre testimonios, testirollos y tristemonios