Ayer se acabaron...
...mis días de estudinate en la UABC. La tan predicaba interdisciplinaridad me alcanzó en mi última hora del último semestre de clases como estudiante de licenciatura, sentado en frente a una Mac guardando clips de video para un documental llamado TIJUANA INDÍGENA.
Salí, de la ahora Facultad de Humanidades, solo, envuelto en una atomósfera mística, escuchando el sonido de mis pasos en el vacío y la música a lo lejos que provenía de la banda contratada por los que hasta ayer fueron mis vecinos en la Facultad de Administración y Contaduría y el mariachi de los vecinos de Turismo y Mercadotecnia.
No hubo amigos de quienes despedirse, ni profesores a quienes saludar, fue un recuerdo de la primera experiencia en la universidad, como el primer día en el que solo llegué sin estar muy seguro de qué encontrar y solo me fui no muy seguro de lo que iba a hacer pero contento por iniciarlo; en esta ocasión me fui solo no muy seguro de qué hacer con lo que encontré, contento por lo que hice y aún falta, alegre por lo que terminé y a la espera de lo que vendrá.
Recuerdo que alguien mencionó que la Universidad es como una madre estricta al momento de entrar pero muy dificil de dejar una vez que la terminas. No sé cuales hayan sido los complejos del tipo que lo dijo, los compañeros psicólogos pueden hacer mejor ese análisis, yo me limito a decir que: La Universidad es al aspirante una meta, pero conforme avanzas en ella te va haciendo consciencia que tu tiempo en breve se acabará y llegado el momento te expulsa de ella sin mayor preocupación, dejandote solo su recuerdo y las redes sociales que en ella pudiste hacer. Así es queridos amigos, nuestro tiempo se acabó y nuestros nombres quedaran como un continuo en la fila de los graduados en esta historicidad de la que formamos parte y al mismo tiempo pretendemos observar. Pasado mañana nadie se acordará de nosotros, nunca lo esperamos, ahora lo sabemos. Las personas que nos ayudaron a aprender se van con nosotros, "nos las llevamos" aunque se quedan, las lecturas esas sí nos las quedamos, las que hicimos y las que debemos aún; los amigos, esos también se van, "nos los llevamos y nos llevan".
Hicimos lo que nos gustó hacer, no lo podemos negar, no nos lo pueden quitar. Aprendimos a sistematizar la forma de encontrar nuestras respuestas, aceptamos nuestra subjetividad, el reto de escribir desde el presente, la urgencia de ser historiadores en esta sociedad y nos comprometimos en palabras y acciones con este mundo del que somos parte y aquien debemos seguir sirviendo. Vaya si la historia tiene un sentido, la pregunta jamás tendrá concenso. A que tertulias con este Dios del que somos suyos que, entró en la historia y con ello la cambió, será juzgada.
Ahora parece que la aventura empieza...
Salí, de la ahora Facultad de Humanidades, solo, envuelto en una atomósfera mística, escuchando el sonido de mis pasos en el vacío y la música a lo lejos que provenía de la banda contratada por los que hasta ayer fueron mis vecinos en la Facultad de Administración y Contaduría y el mariachi de los vecinos de Turismo y Mercadotecnia.
No hubo amigos de quienes despedirse, ni profesores a quienes saludar, fue un recuerdo de la primera experiencia en la universidad, como el primer día en el que solo llegué sin estar muy seguro de qué encontrar y solo me fui no muy seguro de lo que iba a hacer pero contento por iniciarlo; en esta ocasión me fui solo no muy seguro de qué hacer con lo que encontré, contento por lo que hice y aún falta, alegre por lo que terminé y a la espera de lo que vendrá.
Recuerdo que alguien mencionó que la Universidad es como una madre estricta al momento de entrar pero muy dificil de dejar una vez que la terminas. No sé cuales hayan sido los complejos del tipo que lo dijo, los compañeros psicólogos pueden hacer mejor ese análisis, yo me limito a decir que: La Universidad es al aspirante una meta, pero conforme avanzas en ella te va haciendo consciencia que tu tiempo en breve se acabará y llegado el momento te expulsa de ella sin mayor preocupación, dejandote solo su recuerdo y las redes sociales que en ella pudiste hacer. Así es queridos amigos, nuestro tiempo se acabó y nuestros nombres quedaran como un continuo en la fila de los graduados en esta historicidad de la que formamos parte y al mismo tiempo pretendemos observar. Pasado mañana nadie se acordará de nosotros, nunca lo esperamos, ahora lo sabemos. Las personas que nos ayudaron a aprender se van con nosotros, "nos las llevamos" aunque se quedan, las lecturas esas sí nos las quedamos, las que hicimos y las que debemos aún; los amigos, esos también se van, "nos los llevamos y nos llevan".
Hicimos lo que nos gustó hacer, no lo podemos negar, no nos lo pueden quitar. Aprendimos a sistematizar la forma de encontrar nuestras respuestas, aceptamos nuestra subjetividad, el reto de escribir desde el presente, la urgencia de ser historiadores en esta sociedad y nos comprometimos en palabras y acciones con este mundo del que somos parte y aquien debemos seguir sirviendo. Vaya si la historia tiene un sentido, la pregunta jamás tendrá concenso. A que tertulias con este Dios del que somos suyos que, entró en la historia y con ello la cambió, será juzgada.
Ahora parece que la aventura empieza...
¡Felicidades, ahora egresado de la UABC! El próximo año, si Dios quiere, te estaré contando mi experiencia de recién egresada... Saludos.
ResponderEliminarHola, gracias por compartir tu experiencia... Saludos
ResponderEliminarLeer tu artículo hizo que intentara recordar cómo sucedió conmigo esa experiencia el semestre pasado. Por desgracia, aquel "fin de semestre" fue tan saturado de trabajos como los anteriores y no tuve la oportunidad de sentarme a reflexionar como tú.
ResponderEliminarDe cualqiuer forma me alegra mucho ver leer que ya has concluído una parte. Ahora falta la tesis. ¡Ánimo!