El volván dormido

Ejército de esperanzas,

Manos trabajadoras y perseverantes,

Nido de sueños,

…casa donde pocos de ellos

se alcanzan…

Tierra de nadie y tierra de todos…

Cual número su segundo nombre.

Ciclos agobiantes, horas recortadas…alargadas,

Personas libres y apresadas,

De cuerpos fulminantes y músculos tensos,

incansables…

igual que peones en el tablero,

como ovejas al matadero

¿Quién ha de saber el sabor agridulce de tu sueldo?

¿De dónde vendrá la mano que te salude,

Hermano obrero?

¿Queda alguna mirada para redimirte y no juzgarte?

Tú…ustedes…nosotros… que somos tan distintos

Pero padecemos los mismos males…

Cuando nos encontraremos en la calle

Con un solo grito en la garganta:

¡Justicia!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Navidad y los universitarios cristianos

¿Por qué soy cristiano? De John Stott

Sobre testimonios, testirollos y tristemonios