No hay paro...
Tener la certeza de que nada
podrá hacernos dudar de lo que hemos creído (Jesús) a pesar de lo ingeniosas,
agresivas, ridículas, elaboradas, complejas y desafiantes que pudieran ser las
preguntas y cuestionamientos que se nos hagan no nos exime de explicar y
contextualizar nuestra fe. Sólo así Jesús podrá tener sentido para el ingenioso
lector en búsqueda de la experiencia(s) de la verdad –o certezas-; para la
persona despojada, abusada, dolida y sin esperanza que vive defraudada, que responde con agresividad; para el
orgulloso que ridiculiza a Jesús o los cristianos; para el intelectual que necesita
evidencias coherentes; para el buscador honesto que no entiende y pregunta.
¡Así es!
ResponderEliminarPienso en expresiones como: pues ellos están perdidos; como no tienen la fe no pueden comprender... etc, etc...
¡Dar razón de nuestra fe! No agarrarnos del chongo, que al final Dios no necesita ser defendido.