No sea apartado de ti
Señor dirígeme
a ti,
Cuando busque
otro camino y no a ti,
Dirígeme a
ti.
A este
corazón duro dentro de mí
Destruye y dame
el tuyo.
Jesús
salvador de hombres,
dirígeme a
ti.
Señor de
paz,
inúndame de
ti.
Reposo del
cansado,
condúceme a
ti.
No me aparte
yo de ti.
Señor consérvame
en ti.
No tu
Espíritu se aleje de mí.
Señor ten
piedad de mí,
Dirige mis
pasos a ti.
Señor a
quien abrazo y quien me sostiene,
Guárdame en
ti.
Que yo
camine por donde tus pasos,
Ya no yo
sino tú.
Mis manos al
necesitado,
Yo rendido a
ti.
Señor ten
piedad de mi.
No camine a
oscuras la senda,
No camine yo
la calzada del malvado,
No camine yo
aplastando.
Señor dirígeme
a ti.
Señor ten
piedad de mi.
Dos certezas
haz crecer en mi
Y sus frutos
me alimenten
De noche y
día al pensar en ti:
Tú el destino
final y
Tú compañero
fiel a cada instante.
Señor
dirígeme a ti.
Y que al
andar tu misericordia me perdone
Cuando yo,
hombre pecador, me queje.
Y que al
andar tu fuerza me sostenga
Cuando el
cuerpo mortal se canse.
Y por ser
frágil y débil
Tu amor me
socorra.
Señor, que
no sea apartado de ti.
Señor ten
piedad de mi.
Dirígeme a
ti.
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