Reflexionar la ausencia


**Después de pasar tiempo rodeado de personas que amo, admiro y quiero surgió la realidad de la seperación**

Dedicado a todos los asesores de COMPA

Las ausencias duelen,
La no presencia angustia.
Hay alguien que no está.
Y yo, que deseo tiempo contigo
Quedo con miedo de ser entregado a tu olvido.
Un abrazo,
que sea eterno.

Tu calor y aliento será lo único que podré llevar
Allá a donde no me puedes seguir ni te puedo acompañar.
¿Qué se encuentra entre nosotros cuando somos separados?
¿Nada? ¡Mentira!
Inventamos eso para superar el duelo por la ausencia
Pero queda más de lo que podemos recordar.

Las complicaciones del “adiós”,
Esos sentimientos que brotan del corazón
cuando tú o yo te doy la espalda para continuar.
Esas ligeras negaciones
nos saltan desde  lugares oscuros por los que pasamos
cuando andamos lejos el uno del otro
recorriendo las calles,
tus calles, las mías, las nuestras
y tú o yo no estoy a tu lado.
¿Por qué Benedetti complica las cosas?
¿qué de las muchas veces
que cuando andamos“en la calle codo a codo soy simplemente yo”
porque tú no estás?
Me sobrecoge la distancia
E intentamos llenarla con algo.
…los recuerdos… alguna fotografía… un objeto… la memoria…
Todo aquello que recuerde a ti
Pero ni aún con eso te encuentras cerca.

¿Qué decimos cuando ocurre?
¡Nada!
¡No sabemos cómo hacerlo ni que sucederá después!
Inventamos formas para sobrevivirlo.
Y así nació nuestro “adiós”,
 El “adiós” nos es suficiente para llena ese hueco
que dejamos con nuestra ausencia
mientras creemos en nuestro pronto rencuentro.

Con un A-Dios te entrego,
(como el mejor acto de amor en nuestra despedida),
a un no lugar seguro, a una presencia
para ambos confiable.
Sólo así puedo caminar a donde voy
Confiado que estarás bien porque sé dónde tú vas,
A-Dios
Y así aunque sienta esta soledad como de orfandad
Cuando me separo de vos
El simplemente “adiós” me recuerda donde estás.
Con Él.
A-Dios es una de nuestras primigenias declaraciones de fe.
Por eso,
a ti,
a ellos,
a mí
a nosotros,
a los que ya se fueron,
a los que pronto nos iremos
y los que se irán:
A-Dios.
Sólo así el corazón estará contento.

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