Despartenalización de Dios
Dios ¿Padre?
Desde hace un par de
semanas estoy pensando acerca de la “paternidad” de Dios, en seguida me
explico. Mis preguntas intentan responder cómo en medio de una sociedad donde
las voces por la equidad de género se escuchan más en el espacio público y el
movimiento feminista parece mejor posicionado que nunca, la imagen paternal de
Dios se convierte, aparentemente para algunos y algunas personas, en una
barrera y no precisamente en “un punto” a favor de Dios y el evangelismo. ¿De
qué forma podemos comunicar efectivamente el evangelio a personas con problemas
con la imagen paterna? No me cabe duda que cuando decimos frases como: “Dios es
nuestro Padre” o “Tienes un Padre en el cielo que te ama”, a personas cuya
experiencia con su figura paterna fue opacada por la violencia, el abuso o
machismo, en un primer instante el evangelio no resulta del todo en buenas
noticias.
Considero
que no tengo las herramientas necesarias ni el tiempo adecuado para elaborar
una investigación profunda del tema, una despartenalización de Dios, que lejos
de sonar a herejía intenta contextualizar el evangelio a mi generación. Estas primeras
reflexiones las dejo sobre el escritorio para organizar mis pensamientos de esta última
semana y regresar a ellos. Las dejo también para compartirlas con quienes se
sienten identificad@s con el tema.
El Padre a imagen del
padre
A
finales del año pasado me encontraba en un evento dirigido a asesores del
movimiento estudiantil de Compañerismo Estudiantil, en esa ocasión nos
acompañaron Douglas y Marylin Stewart, después de un tiempo en la Palabra nos
invitaban a que tomáramos un tiempo a solas e identificáramos las imagen de la
persona de quien nosotros sentíamos que recibíamos amor, podía ser nuestra
mamá, papá, una tía, hermano, etc. En otro momento cuando compartíamos en
grupos pequeños me sorprendí lo difícil que fue para muchos de nosotros,
líderes cristianos, identificar a nuestro padre como una persona que nos hacía
sentir amados. Todos señalamos que no dudábamos que ellos nos amaban, incluso, mencionábamos
acontecimientos específicos en nuestras historias familiares como evidencia de
ese amor. Pero entonces ¿Qué estaba mal? ¿Qué distorsionaba eso? Los Stewart
retomaron las experiencias personales y nos regresaban a la Palabra, al Dios
Padre, al amoroso Padre de Jesucristo que leemos en los evangelios. También
comentaron que la imagen que hacemos del Padre (Dios) está mediada por la
experiencia con nuestro padre (papá), de tal forma que si ésta última no fue o
es sana, nuestra imagen del Padre corre el riesgo de ser distorsionada a la
imagen de nuestro padre terrenal. Un evidente caos para muchas y muchos.
Probablemente
algun@s lleguen a pensar que el conflicto con la imagen paterna es un problema psicológico
que debe recibir atención profesional para sanar emocionalmente y no proyectar
esa tensión hacia afuera. No lo dudo par nada. Pero esta desvirtualización del Padre
es real y al final consecuencia de la caída y pecado. Se convierte en una
necesidad la existencia de modelos hombres y mujeres seguidores de Jesús, dispuest@s a asumir la paternidad y la maternidad
a partir de los valores del Reino de Dios y no de los valores dominantes del
mundo.
Buscando al Padre en
las Escrituras.
Abordemos
desde otra perspectiva el tema. Otra crítica a la paternidad de Dios podría ser
que legitima el poder de nosotros los hombres para pensar el mundo y excluir a
las mujeres. No dudo que así haya sido o siga siéndolo, pero hay un erro de
fondo, si bien el varón es el padre y la hembra la madre, Dios no tiene género,
es decir, Dios no es varón o hembra. Es difícil pensar la paternidad en la
ausencia de género, pero entiendo que el Antiguo o Nuevo Testamento no deduce
esto en los pasajes que describen a Dios como padre.
Esto me lleva a formular las
siguientes preguntas:
1. ¿Cuál es el contexto de los pasajes donde
aparecen las primeras referencias a Dios como Padre en las Escrituras? ¿Qué es
lo que Dios desea que los seres humanos entiendan?
2.
¿Cuál
era el contexto cultural de las personas a quienes así se les reveló Dios?
3.
¿Cuáles
transformaciones experimentaron los hombres y mujeres a consecuencia de su
encuentro con el Dios que se revela como Padre?
4. ¿Cómo influye en nuestra perspectiva
de Dios la “mirada” masculina que escribió la Biblia?
Me dejé tarea.
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