Inicio de año

El tiempo -afirmarían algunos expertos o por lo menos unos cuantos instruidos en materia- no existe, es una convención que los seres humanos inventamos para organizarnos. En fin, el tiempo, ese tiempo mecanizado no siempre alcanza a medir con exactitud los asuntos de los seres humanos. 
Me explico. Hay personas que iniciados los primeros días de enero no "sienten” precisamente que comienzan un “año nuevo”, probablemente porque llevan proyectos iniciados o los momentos de vida son todo menos inicios.  Algunos amig@s que conozco inician sus años por marzo, julio o noviembre. Personalmente mis años inician a finales de julio, o al menos los últimos cinco, y con inicio de año no me refiero precisamente a una escala de medición de tiempo sino a procesos de vida en términos de ese escritor que atinadamente dijo: hay tiempo para todo lo que se hace debajo del sol. Basta echar un vistazo al calendario para reconocer que mi año está recién iniciado. Estos inicios a mediados se debe a que se conjugan diferentes variables, mis ritmos de trabajo están definidos por los semestres y ciclos escolares, todos ellos arrancando a finales de julio, principios de agosto.
Julio 2013 es el año de mis veintisiete y de muchos buenos inicios, aunque también de algunas renuncias y momentos de discernimiento. Gracias a Dios tuve la oportunidad de terminar el año con mi mejor amiga y novia en una ciudad que se nos abrió a que la descubriéramos juntos. Por otro lado, inicié este nuevo año en otra parte del mundo, apartado de mi realidad, mi zona de confort y cotidianidad. Pero fue bueno. Dios se vale de muchas formas para tratar con nosotros.
El verano siempre es dinámico, todo lo contrario al invierno, mi estación favorita. El sol invita a moverse para buscar la caricia fresca del viento que Dios sopla desde lo alto para refrescarnos. Este año tuvimos oportunidad de participar de nuevo en Borderlands, un proyecto de servicio sobre migración en Tijuana-Los Ángeles, con estudiantes de los movimientos de IFES,  COMPA-México e Intervarsity-EUA. Esta realidad tan cercana nos demanda asumirla desde la perspectiva del reino y lejos de convertirse en sencilla se desenmascara con toda su crueldad y complejidad. Mi oración es que los estudiantes y asesores que nos hemos involucrado seamos desafiados por Jesús y su Palabra para comprometernos con los que sufren a causa de la migración, para anunciar con nuestra vida encarnada en esta problemática, las buenas nuevas del reino de Dios.    
Otro espacio de trabajo en el verano fue el Encuentro de Formación de Líderes con la comunidad de COMPA en Valle de Bravo, este tiempo de enseñanza y pastoreo de Dios por medio de su Palabra y la comunidad renovó las fuerzas de todos. El Espíritu de Jesús nos invita a seguirle en su gran encomienda de anunciar el evangelio a todo el mundo.

Principio de agosto, ya han pasado semanas de todo esto, no sé si es un mal hábito de historiador o una desorganización de mi parte, pero escribir las experiencias al mismo tiempo que éstas están sucediendo siempre se me dificulta. Prefiero dejar que el agua revuelta se asiente, pienso que es posible ver con claridad cuando el corazón está tranquilo. Sin embargo, sigo el buen consejo que me dio una monja en diciembre pasado, “El que nota y no anota, ignora”, por lo tanto escribo algunas líneas desorganizadas que no me doy a la tarea de ordenar hasta tiempo después. Me ayuda a tener una perspectiva mucho más  plural de mí mismo.
Para iniciar esta nueva etapa:
  • Caminar con agradecimiento a Dios y responsabilidad en mi relación de noviazgo con Alejandra.
  • Regresar a la disciplina del estudio bíblico
  • Impulsar a los estudiantes a comunicar el evangelio de valor y guiados por el Espíritu
  • Orar para ser dirigido a tomar buenas decisiones
Gracias por:
  • La familia, mi mejor amiga y novia.
  • Mis amigas y amigos con los que comparto el caminar
  • La comunidad de fe en la comunidad y el movimiento estudiantil
  

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