Invitaciones acuáticas

***Regreso al escritorio con poesía, no podía ser distinto***



¿No observas como violento se acerca y como apaciblemente se va? El mar franquea nuestras fronteras sin ponerle límite a nuestra mirada. Detiene nuestros pasos  pero echa la imaginación a volar.

Me invita, te invita a vaciar nuestros pensamientos en su profundidad y colmarnos el corazón de su inmensa paz. 

A ratos de lejos le veo y mis ojos resecos reclaman la brisa del mar. 
Yo quiero ser un árbol plantado a orillas del mar y con sus olas me haga cosquillas al ir y regresar.

Por las noches cuando dormir no puedo sueño con el mar,
le dejo inundarme los sueños y arrullarme cuando a su entera libertad le da por cantar
suena, silva y suena
                                   ¡Ruge el violento mar!

Yo amo, yo amo vivir cerca del mar, lo amo de la misma forma en la que miedo me da, porque yo le temo, yo le temo al furioso mar. 



Estoy de frente, pequeño e insignificante, de frente al grandioso mar y le escribo, yo le escribo al mar. A puño y letra redacto al mar con la misma paciencia de quienes le roban peces al mar y tengo visiones donde creo llenar con mis palabras el mar.  




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