Nido de esperanza
Por aquí ha pasado un silencio largo de varios meses (aunque el silencio también dice mucho). Pienso que es consecuencia de la la falta de sincronización entre la velocidad de los acontecimientos de la vida y la pausada reflexión de éstos por escrito.
De repente la vida está tan llena de nuevas manifestaciones de Dios, al grado de sentirme invadido de amor y esperanza. En unos días más Alejandra y yo cumpliremos cinco meses de casados, el caminar juntos está lleno de amor, aprendizaje, descubrimiento, mucho disfrute, paciencia y humildad. Dios permite (y por decisión personal) para bien propio la "invasión" de tu vida por otra (completamente distinta) para llevar sus procesos a otros niveles. Me conozco mejor y a Dios más con ella a mi lado.
Esto ha sido para mi estos meses, de repente es tener otros ojos, enseñarte a ver, pensar y hacer diferente: mejor que antes. Aprender a hacer diferente, escuchar con atención, pulir hábitos, adquirir nuevos, etc. La mano de Dios cuidado e invitándonos a disfrutar ha sido evidente y confortante. Somos conscientes que somos para más que nosotros mismos pero al mismo tiempo exclusivamente nuestros. Una invitación a sumar y ser más.
Pensar y vivir el matrimonio es interesante y puede costar toda la vida, sin embargo, estar ahí y vivirlo es diferente, no tienes el lujo del tiempo, es a cada instante ya un hecho. nos han dado infinidad de consejos, cada uno mediado por la experiencia. Los hemos tenido de todo tipo. De todos ellos los que más tengo presentes son:
- Nos dijeron que no fuéram@s tan ingenu@s para pensar siempre en términos románticos la vida de casad@s,
- Nos invitaron a pensar qué nos nos gustaría ser pero también y mucho más nos recomendaron imaginar que sí queríamos.
- Nos recomendaron cultivar una buena comunicación y confianza.
- Nos recordaron que es un trabajo para toda la vida.
- Nos dijeron que habrá días difíciles de los cuáles se puede salir.
- Nos invitaron a ser acompañad@s por otr@s.
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