¿Por qué soy cristiano? De John Stott

Desde hace tiempo tenía ganas de leer este libro, el título simplemente es atractivo. La semana pasada por fin tuve oportunidad de leerlo. Para mi sorpresa descubrí que es un libro ya con algunos años pero profundamente actual en su contenido. Por qué soy cristiano hace referencia al discurso Por qué no soy cristiano de Bertrand Rusell en Bettersea Town Hall, al sur de Londres en 1927 y que posteriormente, aproximadamente en 1957 dio también nombre al libro del filósofo y matemático inglés. 

En el Prefacio de este libro Stott  comenta brevemente el texto de Rusell: "Aunque tenía ciertas dificultades a la hora de definir la clase de "cristiano" que afirmaba no ser, sí fue capaz de echar por tierra -para su entera satisfacción- los argumentos tradicionales a favor de la existencia de Dios". 

Sin embargo, a pesar de la brillantes del genio, dice Stott: "reconozco que deben presentarse ciertos argumentos a favor del Cristianismo que Bertrand Russell no presentó y que, quizá, ni siquiera consideró".

En su libro Stott presenta, con un estilo erudito en el texto bíblico, claro y profundo, siete argumentos del por qué él es cristiano. 

Capítulo 1 "El sabueso del cielo"

En este primer capítulo Stott explica que la primera razón por la que se es cristiano no es necesariamente por influencia cultural donde la fe recibida por los padres o el colegio son definitivas. Sino que se es cristiano por otras razones, la más importante es por lo que él llama "El sabueso del cielo", es decir. Sé es cristiano no por una decisión personal por Cristo (aunque en determinado momento se haga) sino porque principalmente es Dios mismo quién nos busca y nos llama a él. El ejemplo usado es el de un perro cazador que no descansa de buscar hasta encontrar a su presa, ese es Dios mismo. El ejemplo de esto lo toma de Saulo de Tarso y su encuentro con Jesús, que se puede leer en Hechos 9 y Hechos 26. Para quienes no conocen la historia, ésta es así: Saulo, era un fariseo celoso de su fe que pidió cartas a los sacerdotes para ir de Jerusalén a Damasco a perseguir a los cristianos y llevarlos presos. De camino, una luz resplandeció a su alrededor y le tiró del caballo, entonces escuchó una voz que le dijo: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón." El pasaje deja ver a Jesús como un granjero aguijoneando a un buey o a un "entrenador de caballos domando a un joven potro". Este pasaje deja ver que el encuentro de Jesús con Saulo no fue repentino sino la culminación de un proceso largo que Stott explica que Jesús estaba aguijoneando a Saulo (1) con su mente, pues había personas que afirmaban a verle visto, tocado y hablado con él después de su muerte; (2)con su memoria por el incidente del martirio de Esteban que él presenció; (3) con su consciencia y (4) en su espíritu.  
En resumen, llegamos a identificarnos con Cristo como sus discípulos y como "cristianos" porque Dios mismo vino en busca de nosotros, identificándose con los seres humanos y atrayéndonos (seduciéndonos con su amor). Jesús mismo lo resume así: "Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes".  Esto me hace pensar que tal vez tú lector que no te consideras cristiano o incluso te declaras opositor de Jesús estás en mira del "Sabueso del cielo" 

Capítulo 2 "Las reivindicaciones de Jesús"

Al inicio de este capítulo Stott dice: "Mi segunda respuesta (al por qué soy cristiano) es "Porque estoy convencido de que el Cristianismo es la verdad, o mejor, que las reivindicaciones de Jesús son verdad". El autor hace énfasis que no es porque sea "bonito" o brinde consuele a las personas en medio de tiempos turbulentos, sino porque lo que Jesús afirmó de sí mismo es real. Cuando leemos los Evangelios no podemos dejar de notar que las enseñanzas de Jesús se centran en su persona.  
¿Cuáles son las afirmaciones que Jesús hizo de sí mismo? 
1) En relación con las Escrituras del Antiguo Testamento Jesús afirmó ser su cumplimiento. Hay un pasaje en Lucas 4: 16-30, donde después de leer el texto del profeta Isaías, Jesús afirmó que lo que estaba escrito se cumplió en el momento de ser leído por él.
2) En relación con Dios, a quién llamaba "Padre", Jesús reivindicó la relación exclusiva de "Hijo". Jesús se refiere a Dios como "Abba", término jamás usado para referirse  a Dios en toda la tradición judía.
3) En relación con los seres humanos Jesús reivindicó la autoridad de ser su Salvador y Juez. "Jesús se colocó a sí mismo en una categoría moral en la que estaba solo. Todos los demás estaban en oscuridad; Él era la luz del mundo. Todos los demás tenían hambre; Él era el pan del cielo. Todos los demás tenían sed; Él podía calmar su sed. Todos los demás eran pecadores; Él podía perdonar sus peados"
Al final del capítulo Stott se pregunta: "¿Qué podemos hacer con estas reivindicaciones?... La situación es muy sencilla. Las afirmaciones de Jesús o son verdad o son mentira.

Capítulo 3 "La Cruz de Cristo"

Quien haya leído los evangelios podrá tener curiosidad por qué la muerte de Jesús, específicamente en una cruz, es tan central en los relatos. La mayoría de los libros sobre los líderes del mundo centran su atención en sus obras y la muerte resulta trágica y el fin. Sin embargo no es así para los cristianos. Ya que en los evangelios la muerte de Jesús en la cruz es central. "Las afirmaciones de Jesús no sólo tienen que ver con quién era Él, sino también con qué vino a hacer al mundo; no únicamente con su persona sino también con su misión; no sólo con su vida, también con su muerte". A manera de paréntesis podemos recordar la vergüenza que suponía morir en la cruz en el contexto del imperio romano, tan así que Stott comenta que ésta ni siquiera era nombrada por los ciudadanos del imperio por considerarla indigna.
No obstante la cruz de Cristo explica la misión de Jesús en la tierra, Stott lo resume en tres razones:
1) Cristo murió para expiar nuestros pecados.
Nos guste o no, lo creamos o no la realidad del pecado es evidente y el único que puede resolver ese problema nuestro es Dios y la única "base sobre la que Dios puede perdonar los pecados es la cruz". La enseñanza apostólica radica en que Jesús murió por nosotros, es decir, tomó el lugar que nos correspondía, pagó la deuda que era nuestra y murió nuestra muerte para darnos vida.
2) Cristo murió para revelar el carácter de Dios.
"De la misma forma que los humanos expresamos nuestro carácter con acciones, así también Dios. Él se ha revelado a sí mismo a la perfección dando a su Hijo para morir por nosotros. En la cruz Dios a evidenciado su justicia y su amor. Justicia en cuanto la cruz es el juicio definitivo al pecado que causa el mal en el mundo. Su amor en tanto que no merecemos nada de su parte, él dio a su Hijo por nosotros.
3) Cristo murió para conquistar a los poderes del mal. 
Lo que para muchos puede significar la derrota, la muerte en la cruz, en el cristianismo significa la victoria definitiva sobre los poderes del mal: "La víctima era el vencedor, y la cruz sigue siendo aún el trono desde el que gobierna el mundo... No tenemos, por tanto, que considerar la cruz como derrota y la resurrección como victoria. Más bien, la cruz fue la victoria que ganó, y la resurrección la victoria endosada, proclamada y demostrada".
Al final de este capítulo el autor comenta que es cristiano por "razón de la cruz de Cristo. En realidad, yo mismo no podría creer en Dios si no fuera por la cruz. Es la cruz la que da credibilidad a Dios".

Capítulo 4 "La paradoja de nuestra humanidad"

En este capítulo se destaca la explicación que hace el cristianismo del ser humano, contrario a las ideologías más optimistas el cristianismo define al hombre como una paradoja entre la gloria y el polo. La gloria del llevar la imagen del Creador (Hombre y mujer hechos a imagen y semejanza de Dios) y la vergüenza de cargar con el pecado y la culpa que lo apartan de su Creador y todo propósito de bien.
La gloria en nuestra capacidad de pensamiento racional, capacidad de hacer elecciones morales, de capacidad para la creación artística, capacidad de relacionarnos socialmente y capacidad para la adoración humilde.
La vergüenza por la extensión del mal universal, el egocentrismo como esencia del mal y el corazón humano como el origen del mal.
Termina esta parte con el comentario "Porque Cristo murió para limpiarnos, y puede hacernos nuevos por la obra interna del Espíritu Santo. Esta es la aplicación lógica del evangelio en respuesta a la paradoja de nuestra humanidad; y es la cuarta razón por la que soy cristiano".

Capítulo 5 "La llave de la libertad"

A pesar de que toda la historia de la humanidad la búsqueda de la libertad se ha expresado de diferentes formas y de diferentes instancias únicamente Jesús es la llave que ofrece verdadera libertad. "Cristo es la llave de la libertad, y esa es la quinta razón por la que soy cristiano". Basta decir que "libertad es una gran palabra cristiana" y que el libertador innato del Nuevo Testamento es Jesús. El cristianismo habla de libertad. Ahora, lamentablemente es profundamente triste que las nuevas generaciones lo identifiquen con opresión. Pero debemos hacer diferencias sustanciales, cuando hoy se habla del cristianismo como opresor o limitante para la libertad de los individuos básicamente el punto es: "no me gusta porque no me deja vivir como quiero". El cristianismo nos dice que muchas veces aquellos de nuestros deseos son simplemente malos y que la vida ha de vivirse conforme Dios quiere que se viva. Si bien la historia del cristianismo está llena de claroscuros donde los cristianos organizados como institución han sido, en efecto, opositores o perseguidores de expresiones de libertad, éste fin no se encuentra en las enseñanzas de Jesús.
En Jesús, comenta Stott, encontramos libertad de la culpa y del juicio de Dios, libertad de la atadura de nuestro egocentrismo que nos pone trabas, libertad de nuestros miedos que nos agobian. Al mismo tiempo encontramos libertad para "ser nosotros mismos, tal como Dios nos hizo y quiso que fuéramos". La libertad de hacer lo que queremos no es la libertad cristiana. "Pero la verdadera libertad es lo opuesto. Es la liberación de la preocupación por mi pequeño y estúpido yo a fin de ser libre para amar a Dios y a mi prójimo".   

Capítulo 6 "El cumplimiento de nuestras aspiraciones"

Este capítulo Stott menciona tres aspiraciones del ser humano: la búsqueda de trascendencia, la búsqueda de significado y la búsqueda de comunidad. "En esto consiste, pues, la triple búsqueda en la que todos los seres humanos se encuentran inmersos. Aunque quizá no lo expresen de esta forma, yo creo que podemos decir que al buscar trascendencia están buscando a Dios, al buscar significado se están buscando a sí mismos, y en su búsqueda de comunidad están buscando a su prójimo. Por que ésta es la búsqueda universal de todo ser humano: Dios, el prójimo y uno mismo". El Cristianismo ofrece eso: "Jesús murió por nuestros pecados para reconciliarnos con Dios; a través de su vida y su muerte demostró nuestro valor; y Él nos da entrada a su nueva sociedad. El hecho de que Él satisfaga nuestras aspiraciones humanas, y que al hacerlo nos ofrezca plenitud de vida, es una razón más por la que soy cristiano". 

Capítulo 7 "La mayor de todas las invitaciones"

Al leer los evangelios vemos cómo Jesús resultaba atractivo para las personas, principalmente para los pecadores y oprimidos. Quizá la más atractivas de las palabras de Jesús son, según Stott: "Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera". Mateo 11. Ir a Jesús porque Dios es revelado sólo por Él, ir a Jesús porque Dios se revela sólo a los niños pequeños, es decir a los humildes e ingenuos como niños, todos los que le buscan con sinceridad y humildad. 
La invitación es doble: a todos los cansados, nosotros seres humanos cansados que aceptamos la necesidad de descanso, es a dejar el yugo de nuestra vida; pero es a descansar de nuestro yugo para tomar el de Jesús. "Tomar el yugo de Jesús sobre nosotros es entrar en su escuela, convertirnos en sus discípulos y someternos a la autoridad de sus enseñanzas. Implica que le vamos a considerar no sólo como nuestro Salvador sino también como nuestro Maestro y Señor."


A manera de conclusión expone:
"Así que ¿por qué soy cristiano? Ha quedado claro que no existe una razón primordial, sino más bien un conjunto de razones interconectadas. Algunas tienen que ver con Jesús mismo -sus extraordinarias afirmaciones acerca de sí mismo, que no se pueden rebatir; sus sufrimientos y su muerte, que arrojan luz sobre el problema del dolor; y su persecución sin cuartel de mí, pues no me quiere dejar ir-. Otras tienen que ver más conmigo que con Él: Él me ayuda a entenderme a mí mismo en la paradoja de mi humanidad y a ver satisfechas todas mis aspiraciones humanas básicas. Otra tiene que ver con la necesidad de decisión ante la invitación que nos hace para que vayamos a Él y encontremos libertad y descanso."

 La lectura de este pequeño libro sintetiza las profundas verdades de la fe, en un sentido apologético puede ayudar a los discípulos de Jesús a pensar las explicaciones de su fe y animarlos a responder coherente y bíblicamente a los que no creen. Asimismo pude resultar atractivo para quienes no son creyentes y tienen dudas acerca de Jesús, pues de forma rápida expone las verdades del cristianismo que rompen los prejuicios construidos a partir de la experiencia personal e histórica que han hecho de la iglesia y los cristianos (muchas veces sólidamente fundadas).

Lo que a mi me resulta atractivo del libro es el regreso a la persona de Jesús, porque el Cristianismo es y seguirá siendo Jesús. Muchos universitarios con los que trabajo en Compañerismo Estudiantil encuentran en los comentarios de sus compañeros o profesores preguntas sobre la razón de su fe. Como si la estancia en la universidad supusiera un estadio de conocimiento mayor donde la fe no tiene lugar. Pienso que material como este les puede ayudar a recordar cuestiones básicas de Jesús en las cuáles pueden seguir profundizando en su lectura y estudio de la Biblia y otros libros.

Para los no creyentes este libro pudiera ser de mucha utilidad para conocer las verdades del cristianismo e incluso acercarlos a la fe si leen y tienen una búsqueda genuina. Una oportunidad de ver sin prejuicios. A mi me sigue llamando mucho la atención cada vez que escucho a personas decir que no se acercan a Jesús porque no "creen en la iglesia". Pienso que son cuestiones diferentes, es más, si algunos de los evangelistas escribieran de Jesús en nuestra época probablemente el papel de los fariseos, saduceos y herodianos lo ocuparían hoy sacerdotes, obispos, cardenales, papas, pastores, padres y monjas. En fin, la excusa aparentemente es buena, sirve de primera impresión pero no es válida, el cristianismo es Jesús y  asombrosamente muchos de sus detractores jamás han sido expuestos a una explicación racional y sistemática de la fe. Algunos de ellos por genuina ignorancia y otros por omisión consciente, pero muchos de ellos veo que por el temor que inspira acercarse a Jesús por el miedo de dejarse convencer. Prefiere la distancia "sana" a la cercanía "peligrosa". Pero no saben que detrás de ellos, cerca o lejos, simpatizante o detractor, el "sabueso del cielo" está detrás de ellos.

Me uno a la invitación de Stott al final del libro, ojalá los lectores no creyentes puedan confiar en Jesús y ser también cristianos.  
   

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