Paternidad, cultura y Biblia

En unas semanas nacerá nuestra hija. Estos meses de espera y preparación nos han traído de todo, especialmente para Ale: náuseas, antojos, cambios corporales, almohadas para dormir, prendas especiales para la ocasión; es un nuevo mundo que ambos vamos descubriendo:  diferentes etapas del embarazo, el parto y todas sus complejidades, clase prenatal, visitas al médico, ultrasonidos, doulas, pañales,  cuna, carriola, biberones, ropa, etc. La lista puede continuar.


Sin embargo lo más difícil de lidiar está siendo la vivencia de la paternidad fuera de los patrones culturales de la sociedad patriarcal. Esas estructuras pegajosas que residen en una parte de nuestro cuerpo y se manifiestan como reacciones normales ante determinadas circunstancias. Que nos ayudan a interpretar la realidad y responder a ella con ciertas acciones que se asumen como "normales" o "hasta naturales".  No basta no querer replicar esos modelos heredados, hay que sustituirlos por nuevos más igualitarios. Después de todo, el modelo de paternidad patriarcal está ahí (en hombres y mujeres), pues aprendimos por imitación de modelos caseros o impuestos por la cultura patriarcal mediante las novelas, la música o el cine.

Por si eso no fuera poco, cuando el patriarcado se mezcla con la Biblia, la cosa se pone mucho peor. Paréntesis polémico: Desgraciadamente en la mayor parte de la cultura evangélica el patriarcado ha encontrado el nicho perfecto, ya que lo eleva a mandato divino incuestionable. Es lamentable ver como a veces la sociedad avanza más a la igualdad y libertad de las personas que las iglesias. En fin, cierre del paréntesis polémico.

La paternidad. "¿Qué significa ser padre?" Seguramente el día del Padre se predicaron multitud de sermones para la ocasión. No importa. Acá estoy haciendo extracciones de mis experiencias, no estoy respondiendo a nadie, sino a mí mismo. Si algo de este ejercicio ayuda a otra persona en sus propias preguntas y diálogos, que bueno.

Regreso a la pregunta: "¿Qué significa ser padre?". Desde el púlpito, las conversaciones y observaciones se encuentra una tendencia generalizada a responder esa pregunta de la siguiente manera: "el padre es el proveedor". Cuando quien responde se quiere ver amable y "moderno" le agrega: "protector".  Palabras más o palabras menos. Esa última adición de "protector" son las "patadas de ahogado del patriarcado acorralado".


Continuemos. La respuesta siempre inicia y se enfoca como un deber y como una función utilitaria del hombre y sus beneficios para la familia. Pero lo que subyace escondido a esta respuesta es:

1) el hombre es quien debe trabajar y la mujer quedarse en casa
2) el campo de acción del hombre es lo público y el de la mujer lo doméstico
3) puesto que lo doméstico es el reino de la mujer-madre, el hombre está libre de todas las actividades que ese reino implican. Excepto de las actividades del jardín, donde se "requiere fuerza" o el uso de herramientas riesgosas. Después de todo el jardín está fuera de la casa.
4) dado que el hombre es el único que trabaja (o debería hacerlo) es él quien tiene el poder de decisión sobre el dinero, la esposa-madre y los hijo/as-propiedad.
5) el hombre por lo tanto es la autoridad última y quien corrige a su prole incluso ejerciendo la violencia.

Esto es lo que hay detrás de esa afirmación del hombre como proveedor. Y en ciertas congregaciones se adorna y remacha el modelo con extracciones de citas bíblicas que contradicen toda la revelación bíblica. Una de esas frases es: "el hombre es la cabeza..."

Una paternidad así jode la existencia a la pareja, a los hijos y al propio hombre. A pesar de que esta paternidad le confiere todo el poder al hombre-padre, lo va minando y mutilando emocionalmente. Aunque hay algunos que gustosos deciden pagar ese costo.

Pensando en todo esto me surgió la duda: ¿de dónde sacan los evangélicos y evangélicas esa frase de "el hombre es el proveedor"? Porqué seguramente "la Biblia dice" eso. ¿Verdad? Pues en realidad no. No hay un versículo en la Biblia que a la letra diga: "el hombre es el proveedor de la familia". Y ya con eso sería suficiente para quitarle la responsabilidad a Dios de todo el caos que esa frase acarrea. El problema radica en nosotros y es responsabilidad atenderlo y buscar enmendarlo. Y porque esa frase es una invención del patriarcado en boca "evangélica"  conservadora, merece toda nuestra crítica.

¿De dónde sale pues esa frase si no de la Biblia? Bueno, es una interpretación y extracción que se ha hecho del texto bíblico para legitimar el patriarcado como ordenanza divina. Ojo, aquí no estamos diciendo que un padre o una madre no provean para su familia. Estamos discutiendo los roles de género y en específico hablando de la paternidad.

La sentencia "el hombre es el proveedor" tiene su origen en una peligrosa interpretación de Génesis 2:15 y 1 Timoteo 5:8.  

Un comentario general del pasaje de la carta a Timoteo. Esta exhortación de Pablo debe leerse y entenderse en el contexto de la iglesia de Éfeso, donde fue comisionado Timoteo para evitar que se continuara esparciendo una falsa enseñanza. De tal modo que el breve comentario de instar a “proveer para los suyos” debe ser entendido como una llamada a orientar la vida de acuerdo al Evangelio. Recordemos que en otra carta a los Tesalonicenses,  Pablo dice: “El que no trabaja que no coma”. Esto se debe a que un desvió en la enseñanza del regreso de Jesús se interpretó como un “si el Señor va a regresar, qué importancia tiene trabajar”. Las consecuencias de esto serían catastróficas para la familia de la persona y tendría un impacto negativo en la imagen que otros tendrían del cristianismo. De modo que no podemos extraer de este pasaje que dice: “proveer para los suyos”, un mandamiento general o norma que determine el rol del padre en una familia.  

Sobre el pasaje de Génesis 2:15. Un comentario más amplio. Yo pienso que para entender este pasaje hay que iniciar la lectura desde Génesis 1 hasta capítulo 3.

El pasaje en cuestión Génesis 2:15 dice:
"7 Entonces Dios, el Señor, modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz aliento de vida y el hombre se convirtió en un ser viviente.8 Dios, el Señor, plantó un jardín en Edén, al oriente, y puso allí al hombre que había modelado. [...]
15 Dios, el Señor, tomó al hombre y lo puso en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara."

Entonces, como podemos ver, la lectura dice que el "hombre" debía  cultivar y cuidar el jardín donde adiós lo puso. La interpretación es la siguiente: el "hombre" recibió el mandato de Dios de trabajar y así proveer a la familia. Y ya, con esto usted ya tiene una bonita interpretación patriarcal y machista para presumir con sus amistades. Sencillo verdad. Pero que hay detrás de este pasaje, ¿acaso realmente dice lo que  estamos interpretando? Yo opino que no. Es más,  considero que esa interpretación de Génesis 2:15 del hombre como proveedor es equivocada y comente al menos tres errores catastróficos que van contra toda la revelación bíblica. Estos errores son:

1) Génesis no está hablando del matrimonio o de la familia per se. De modo que hacerlo decir algo al respecto es peligroso. En Génesis los relatos de la creación son una contra narrativa a los relatos del imperio babilónico[1] y están tratando de dejar en claro que la creación es el templo de Dios, donde el ser humano es su imagen.[2] En este relato la creación es obra de Dios y es buena, por lo que no se le debe adorar, sino cuidar. El relato de Génesis es distinto de el del imperio y al resto de mitos creacionistas en dos aspectos: a) la humanidad, toda la humanidad, fue creada por Dios, por lo que no hay justificación para una división por castas que presumen de linaje "divino";  y b) los seres humanos no son esclavos de Dios ni existen para satisfacer la necesidades de sustento divinas, al contrario, los seres humanos fueron bendecidos por Dios y son encomendados a ser representantes de Dios en la tierra con la misión de ser  mayordomos de la creación, es decir, a cuidar la creación a nombre y siguiendo el carácter del Creador. Este último aspecto la gente estudiada le denomina el "mandato cultural".

2) Se confunde el término "humanidad" con "hombre o macho", por ignorar el sentido del texto original en hebreo. Y es que aquí las traducciones no ayudan mucho. Veamos por ejemplo Génesis 1:27 en la versión Reina-Valera 1960:
Génesis 1:27
27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Veamos el mismo texto de Génesis 1:27 en la versión La Palabra (Hispanoamérica):
Génesis 1:27
Y creó Dios al ser humano a su imagen;
a imagen de Dios lo creó;
hombre y mujer los creó.

Como podemos ver, en la segunda versión se presenta una mayor fidelidad al texto original, puesto que traduce al español “ser humano”, a diferencia de la primera, que traduce “hombre”. Y es que en hebreo esta palabra que comúnmente asociamos con "hombre" es "adam". Que básicamente significa: "terrícola", es decir, ser hecho de tierra. O también podemos llamarle humanidad. “Aquí la palabra adam no es un nombre propio, es un sustantivo con artículo que puede ser traducido como ser humano/humanidad que deriva de la palabra adamah que significa tierra.[3] Como vemos, en este momento el texto no está hablando de adam como  macho ni como una persona, sino como humanidad. Ese terrícola, o la humanidad fue creada por Dios, a su imagen y semejanza. Al final del mismo texto deja en claro la  humanidad es macho = zakar y hembra = neqebah. José Chacón al respecto comenta:
El texto no está interesado en definir. No define qué y cómo es el “adam” macho y la “adam” hembra. Ni siquiera refiere a conceptos de masculinidad ni feminidad. El texto no es reduccionista, ni tiene la intención de explicarlo todo. No se encuentra en este versículo la respuesta a las complejas cuestiones de género y sexualidad de la humanidad creada. El texto no pondera, solo afirma que ahora hay humanidad macho y humanidad hembra. Procurar responder a las preguntas por el género y la sexualidad a partir de este versículo es aventurarse y forzarlo más allá de sus posibilidades literarias y semánticas.[4]

Este pasaje está haciendo un fuerte énfasis en que toda la humanidad fue creada en igualdad por Dios. Después, la humanidad es bendecida: “sea fecunda y multiplíquense”. Finalmente, Dios le da, a la humanidad: macho y hembra, una encomienda: trabajar el jardín.

3) Si como mencionamos, Génesis 2:15 hace referencia al hombre y a la mujer, es insostenible afirmar que el rol exclusivo de la humanidad-varón sea la de proveedor. En este pasaje la tarea de cuidar y trabajar el huerto es responsabilidad de toda la humanidad macho y toda la humanidad hembras. La humanidad es llamada por Dios a observar el mundo, usar la imaginación y su creatividad para entenderlo, hacerlo mejor y cuidarlo. De ahí incluso la ciencia. Cuando la humanidad responde a este llamado de Dios está adorándolo. Ya que la palabra en hebreo que se usa para cultivar es la misma que se usa para ministrar o servir, que es función de un sacerdote. Cuando se interpreta que esta actividad de trabajar y cuidar el jardín es aplicable únicamente al hombre se está excluyendo a la mujer de esta vocación divina.

Estos tres errores tienen consecuencias fatales tanto para el hombre como para la mujer, aunque al final, los hombres salen “ganando” en detrimento de todas ellas. Esta “ganancia” es la sociedad patriarcal sostenida con argumentos de autoridad sacados desde la Biblia. Nefasto.

Regresando al tema de la paternidad, si por todo lo anterior llegamos a la conclusión de que la paternidad no se define solamente por la “provisión o protección” que el hombre hace a su familia. Ni siquiera podemos decir que son “las dos características principales del ser padre”. Al hacerlo, estamos limitando el ejercicio de la paternidad, estamos viéndola como un deber, en lugar de una presencia integral en el presente[5] en la propia vida, con la pareja y en la vida de hijos e hijas. Estoy aprendiendo, por lo que voy leyendo y por la poca experiencia que estoy teniendo que esta presencia no se da por “automático”, la cultura juega en contra, nos expulsa de la vida de nuestros hijos a la calle y el trabajo. Sergio Sinay al respecto comento que esa presencia integral es “previa lucha por esos espacios en la vida cotidiana, debido a que (más allá de acuerdos y de buenas intenciones matrimoniales) se choca con la falta de espacio para tal experiencia”.[6] Yo quiero estar presente en la vida de mi hija, por lo tanto sé que debo y debemos tomar decisiones consecuentes al respecto, como definir el tipo y categoría de trabajo que haré a nuestro regreso a México. De lo poco que voy entendiendo, la paternidad demanda esfuerzo, imaginación, persistencia y gracia. Todo esto es una experiencia de corresponsabilidad con nuestra bebé, que implica, en palabras claras: no sacarle a nada en su desarrollo y crianza.   

No estoy escribiendo con todas las respuestas a mis preguntas ni con toda la claridad que me gustaría. Estoy caminando mi experiencia de la paternidad y aquí voy dejando en parte a lo que voy entendiendo, sintiendo, imaginando, pensando, errando y viviendo. Espero que al menos estos retazos ayuden a otros padres y madres, e inicien conversaciones. Los padres las necesitamos con urgencia.




[1] Puedes leer una breve introducción al contexto de Génesis en http://www.elblogdebernabe.com/2017/06/el-diseno-original-una-lectura.html
[2] Ian Provan. “Creation & Fall” Reframe Episodio 3.  
[4] Si te interesa más puedes leer el artículo completo en:  http://www.elblogdebernabe.com/2017/05/machos-y-hembras-por-jose-chacon.html
[5] Sergio Sinay, La paternidad es cosa de hombres. Del Nuevo Extemo: Argentina, 2005. 41.
[6] Sergio Sinay, La paternidad. 34.

Comentarios

  1. Qué bonito leerlo Abdiel!
    Me encanta la forma en que hace la reflexión a partir de su vivencia y la verdad me parece muy acertado.
    Saludos!

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  2. Gracias por este aporte. El trabajo es gigantesco en la vida de la iglesia, años pasan para que uno pueda ver algunos resultados y la despatriarcalización suceda en las iglesias, te lo digo como testimonio. Un abrazo a los dos

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