La 4T... “no es perfecta mas se acerca a lo que yo simplemente soñé”










El 1 de julio de 2018 fue domingo. Presente lo tengo yo. Fue una jornada electoral en México. Salí a votar por tercera vez a Andrés Manuel López Obrador, ahora con Morena. Las encuestas le daban ventaja pero la incertidumbre estaba en el aire. No es momento para explicar el por qué voté así ni quiero hacerlo. Tan sólo diré que en esa elección fue la mejor opción que yo encontré para el país. Si las elecciones fueran hoy, de nuevo y con los mismos candidatos sin duda votaría otra vez por AMLO. Por favor no me lancen piedras ni me unan al coro de quienes todo le aplauden. Un voto no debe ser un cheque en blanco ni un freno para la crítica y la espera de buenos resultados.





A dos 2 años del inicio de la 4T ni aplaudo todo, ni critico o desapruebo desmedidamente. Llevar así las opiniones es demencia o miopía. Para mí, como tal vez para muchos, la 4T nos deja con mal sabores de boca y algunas alegrías. El balance es complicado. LA 4T me sigue dejando con un sabor amargo. Es el mismo sabor que probé el día de la victoria el 1 de julio del 2018 por la tarde: Meade temprano admitió su derrota y después Anaya como en un baile sincronizado. Así ganó “la izquierda”, sin coletazos del PRI ni del PAN. La derrota asumida tan prontamente amargó la victoria. Fue como un repliegue de las nuevas oposiciones políticas para presentar batalla en otros sitios.





No sé ustedes, pero tenía la expectativa que cuando AMLO decía en campaña: “Primero los pobres”, hablaba en serio. Y en mi imaginación, “primero los pobres” en la agenda política implicaba que yo, profesionista clasemediero (a veces más clase media baja, que clase media) no figuraría como el sector al que el nuevo gobierno federal apoyaría más fuertemente. Por ende, los grupos privilegiados, o quienes se sienten como grupo privilegiados, menos. Privilegio en México es llorar porque aumentaron el impuesto a Netflix.





Efectivamente, no recibo un apoyo económico del gobierno, al contrario, el año fiscal pasado tuve que pagar más impuestos… Pero hay sectores en la población que están recibiendo atención, tal vez por primera vez. Y claro, eso es interpretado por quienes tienen algunos privilegios como un desperdicio de recursos, una mala inversión, un gasto e incluso una pérdida. Pensemos, por ejemplo en las becas a estudiantes. Lo cierto es que esa ayuda del gobierno es útil más no suficiente, es un paliativo en medio de problemas sistémicos y que de quedarse ahí no resolverán problemas de raíz en el futuro. Pero recuerdo las “quejas” de algunos contactos en redes sociales, burlándose de jovencitos morenos por recibir dinero del gobierno y por, sí hay que decirlo, por mal gastarlo a veces en nimiedades. Considero que para aplaudir o criticar al gobierno es necesario salirse del pequeño mundito social que habitamos y conocer los otros Méxicos sin prejuicios.





¿Que si hay aciertos de la 4T? Pienso que sí, como también reconozco errores. Para mi AMLO se mueve más en lo simbólico que en lo real, y los símbolos son importantes carajo. Pero concretar un proyecto de nación a largo plazo es tarea de estadista, y AMLO es un luchador social que abrió la puerta para que Los Pinos fuese sitio de todos y logró que grandes empresas pagaran impuestos atrasados. Pero sigue siendo ese hombre obstinado de lenguaje sencillo (a veces ofensivo para nuestros intelectuales… pero bueno, después de Peña pareciera que estamos remontando) y empeñado en granjearse su paso a la historia. No le caería mal recordar aquello que la “historia se repite dos veces: la primera como tragedia, la segunda como farsa.”





Sí, me gustaría ver más aciertos de AMLO y la 4T. Me decepcionaron los primeros “trabajitos con el partido Verde”, “la minimización del movimiento feminista”, “la remilitarización del país”, “eso del pŕestamo que siempre no se iba a pedir”, “los dimes y diretes del Tren Maya” y recientemente “el viajecito a EUA”. No creo que obtener mejores resultados sea algo imposible de lograr. Claro, nadie consideró en sus planes una pandemia. Pero carajo, ahora se necesita gobernar el país que quedó, aún hayan sido piedras y palos.





Que si Meade o Anaya hayan sido mejores presidentes o mejor preparados. Yo siempre me pregunté: “¿Mejor preparados para qué?” Para triangular dinero y si no se participó en delitos al menos se hicieron de la vista gorda, ya sea en la administración pública o en los negocios privados. AMLO no es mi Mesías, yo ya tengo uno y lo crucificaron, aunque resucitó.





El país está muy dividido al punto de lo irreconciliable. Deberíamos acudir todos a las zonas grises, a los matices, al encuentro con diálogo y dejarnos de “anti…” o de “fans”. Es más difícil pero puede tener mejores resultados. Pero claro, cada quien es libre de hacer en política lo que más le convenga a sus intereses materiales, después de todo, como dijo un maestro brasileño: “toda opinión es la opinión de un punto”. Y este país que todavía se llama México está compuesto de por lo menos 120 millones de puntos.





Ni Santa 4T ni socialismo. Yo resumo hasta ahora a la 4T con la frase de esa canción de Milanés: “no es perfecta mas se acerca a lo que yo simplemente soñé...” Este gobierno es algo así como una presidencia de transición con posibilidad de abrir nuevos futuros, espero éstos sean más justos, menos desiguales, con menos pobres y sin violencia. De lo contrario, no me sorprendería en 2024 ver ganar a un Bolsonaro mexicano.

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