Asbury, el avivamiento y los universitarios cristianos

Según las últimas noticias, el prolongado servicio de adoración de más de 2 semanas en la Universidad de Asbury (Kentucky) llegó a su fin. Lo que comenzó como un servicio regular de capilla se extendió por días y miles de personas del país y de otras partes del mundo asistieron para formar parte. 


Desde el principio, los medios de comunicación se apresuraron a llamarlo “avivamiento” y el fenómeno acaparó los medios de comunicación en EUA y captó la atención de algunos medios en español del extranjero. Sin embargo, el profesor Craig S. Keener, del Seminario Teológico de Asbury, sugiere que “derramamiento” (del Espíritu) “es una descripción mejor (y más bíblica)” de lo sucedido. Pero la noticia se difundió como “avivamiento”. Y a las noticias le siguieron innumerables comentarios en redes sociales, que pasan por la admiración, el cuestionamiento, la crítica y hasta la franca desaprobación. 


Para quienes militamos y servimos en los movimientos evangélicos cristianos en América Latina, la experiencia de Asbury nos brinda la oportunidad y un desafío difícil de ignorar. Pues como es de todos conocido, lo sucedido en EUA ejercen una tremenda influencia en latinoamérica, especialmente en temas religiosos. 


Imagen tomada de evangelicodigital.com 


Oportunidades 

Gracias a lo sucedido en Asbury tenemos oportunidad de conversar con la iglesia local sobre la importancia de los universitarios evangélicos. Las universidades han sido clave en la historia del cristianismo. Dios ha usado a los profesores y estudiantes universitarios para promover cambios en la iglesia e impulsar las misiones.


En la actualidad, los ministerios estudiantiles de la IFES, y otros más,  en todo el mundo dan testimonio cristiano y conectan el Evangelio con la universidad. Dios ya está haciendo su obra en las universidades, aunque eso no acapara los reflectores de los medios de comunicación y a veces ni la atención de la iglesia local. La experiencia de Asbury nos permite visibilizar la obra de Dios en las escuelas y seguir insistiendo para que más discípulos de Jesús que ya cursan estudios superiores asuman su paso por la universidad con una vocación misionera


Resulta clave el rol de la iglesia y los líderes locales para que los universitarios cristianos se involucren en la misión en sus escuelas. La misión universitaria preparará a muchos para futuros llamados interculturales. Por esa y otras muchas razones, la iglesia local debe conocer lo que ya está sucediendo en las universidades de su ciudad y unirse en oración y apoyo. 


Desafíos 

Sin embargo, Asbury también lanza desafíos, específicamente a quienes servimos entre los universitarios. Lo que sucedió en Asbury representa todo a lo que se aspira en las iglesias urbanas: música (adoración) por horas, oración comunitaria, etc. De ahí el riesgo. Pues cuando los jóvenes cristianos son invitados a hacer misión en su escuela, lo primero que viene a su mente, en la mayoría de los casos, es organizar conciertos y eventos de adoración enfocados en cristianos. Y ese tipo de actividades no son las más estratégicas en la universidad. 


La experiencia de Asbury al ser difundida por los medios de comunicación como "El avivamiento". Podemos cometer el error de convertirlo en la medida de lo que Dios hará en todas partes. De tal forma que se corre el riesgo de tratar de conseguir o producir cosas similares. Y no debe ser así. Howard Snyder comentó: “Cuando se trata de avivamientos y despertares, la DESCRIPCIÓN es mejor que la PRESCRIPCIÓN.” Asbury nos deja ver lo que a Dios, en su gracia y misericordia, le plació hacer ahí y eso no se convierte en el estándar de lo que Dios hará en el resto del mundo. Debemos buscar al Señor aquí y ahora, atentos a lo que ya está haciendo en las escuelas y sumarnos a su iniciativa misionera de maneras integrales y estratégicas. 


Considerando esto, es importante reconocer que lo sucedido en Asbury no se puede replicar en nuestro contexto ni debería ser la aspiración de la iglesia latinoamericana o de nuestros movimientos estudiantiles. Simplemente no es posible. Hay una enorme diferencia entre los contextos de la Universidad de Asbury y la mayoría de las universidades de América Latina. Asbury es una universidad privada y confesionalmente evangélica, que cuenta con su propia capilla donde celebran culto. Fue precisamente el servicio de la capilla el que se extendió durante días. Las cosas son titánicamente opuestas en nuestra América Latina. La mayoría de instituciones son laicas y no cuentan con un lugar de culto. Sin mencionar que en gran parte de nuestro contexto, los evangélicos no somos la mayoría, cómo es el caso de los EUA. Por lo tanto, esperar algo similar a Asbury en nuestras universidades es complicado. 


Cometemos otro error al colocar la experiencia de Asbury como meta. No se trata únicamente de cantar y orar para producir una experiencia sensorial; sino de vivir en el Espíritu como nuevas creaturas la misión de Dios. Esa misión por medio de la cual Dios está reconciliando a todo el universo consigo mismo mediante el sacrificio de Jesús en la cruz. Esa misión se expresa en términos integrales y promueve cambios en favor del actuar ético, la justicia, el cuidado de la creación, la reconciliación étnica, así como levanta una voz profética que denuncia las estructuras de opresión, muerte, exclusión y destrucción del medio ambiente que atentan contra la vida. Las experiencias como las de Asbury  tienen el potencial de preparar a la iglesia para retomar la misión. De ahí las preguntas abiertas a Asbury: ¿Qué sigue ahora? ¿Qué cambiará? Experiencias como estas no suceden para confirmar el status quo de la iglesia, sino para despertarla, hacerla mirar al Señor, regresar a  las Escrituras para recobrar rumbo en el mundo sin ser del mundo. 


En perspectiva global  

Veamos el tema en perspectiva global. ¿Qué significó Asbury en términos de la iglesia global? Siendo francos, Asbury surgió en un lugar marginal de la iglesia global. EUA y Occidente ya no son el centro del cristianismo. Aunque todavía poseen los recursos económicos y las instituciones con influencia mundial. Algo sucedió en Asbury y eso está vinculado al lugar, a lo que Dios está haciendo ahí, a lo que Dios quiere hacer en la iglesia norteamericana. El resto del mundo debemos seguir buscando al Señor, viviendo la fe en nuestro contexto y encontrando las mejores formas de contextualizar, vivir y comunicar el Evangelio. 


El derramamiento de Asbury acaparó los reflectores del mundo y mostró que la iglesia norteamericana, en medio de la crisis por la que atraviesa, todavía está viva y el Señor quiere tratar con ella. Pero esa experiencia no representa algo novedoso o extraordinario para el pueblo de Dios. Ahora mismo, en algún lugar de África se está celebrando un culto y el Espíritu está siendo derramado sobre los creyentes de ese lugar, trayendo sanidad, liberación, esperanza, gozo, valor, sabiduría y arrepentimiento a su iglesia. Cada quien experimentará las formas de ese derramamiento bajo los términos de su propio contexto. Nos encontramos ante el misterio de Dios y la riqueza de la diversidad de su pueblo. Por eso es arriesgado cuestionar la experiencia de Asbury con suma facilidad, tanto como desde norteamérica se cuestionan las expresiones del Espíritu en el Sur global.  



¿Qué está haciendo Dios en las universidades de nuestras ciudades?


A partir de la experiencia de Asbury algunos quisieran ver experiencias similares en sus iglesias o en las universidades. Sin embargo debemos estar atentos para ver la obra de Dios. Y al ser la obra de Dios, muchas veces sucede en lo cotidiano, entre personas comunes y corrientes, en los márgenes del poder y los escenarios. 


Alabo a Dios por los estudiantes que abren sus grupos de estudio bíblico e invitan a sus compañeros. Me emociona ver la respuesta de Dios cuando estudiantes recorren las escuelas orando para que las personas ahí escuchen el Evangelio. Veo como avanza el Reino en la universidad cuando personas curiosas asisten a estos grupos y se encuentran con Jesús ahí, donde ellos están, y él se parece cada vez menos a las caricaturas o las representaciones hechas por la cultura o la iglesia. Dios ya está haciendo algo en las universidades de nuestras ciudades. Si no lo vemos, es problema nuestro. Posiblemente estamos buscando en lugares equivocados.


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