Prefiero la democracia imperfecta a una teocracia imperfecta
Prefiero la democracia imperfecta, aquella que la participación ciudadana avanza dos pasos y las vicisitudes humanas hacen retroceder otras tres; sí, la prefiero en lugar de la teocracia de las élites, esa oligarquía espiritual manipuladora que opera bajo legitimaciones divinas, teologías torcidas a conveniencia y los acuerdos bajo la mesa. Llámenme ingenuo pero no creo a los políticos en tiempos de campaña, por más Biblias que acojan bajo el brazo y disposición a recibir oraciones.
En momentos como estos, a la
iglesia evangélica mexicana nos convendría:
(1) recordarnos que vivimos una
frágil república democratica de la cual todos somos responsables, no únicamente
mediante el ejercicio del voto sino también en la rendición de cuentas y
exigencia de que el estado garantice la paz, justicia y bienestar de todos.
(2) espantarnos del imaginario
político la teocracia y recordar las lecciones de la escuelita bíblica
dominical. Dios es Señor de la historia. Los políticos no pueden ser tratados
como los reyes bíblicos como David y Salomón. De hecho, cualquier gobernante
que reclame veneración mediante la religión está más cerca de convertirse en
una bestia que en David. El Reino de Dios será consumado únicamente por Jesús
en su regreso.
(3) reconocer que las
organizaciones política-religiosas (de derecha o izquierda) no son la iglesia,
y que por lo tanto, en cuanto organizaciones sociales están sujetas a las
reglas de la democracia y las leyes; y en tanto religiosas cristianas, sujetas al testimonio
del Evangelio. Muchas de las organizaciones políticas religiosas más poderosas del
país hunden sus raíces la tradición católica o evangélica de los Estados Unidos.
Estas organizaciones confunden una agenda moral y antiderechos con el
Evangelio. Son miopes en diagnosticar problemas y soluciones. Son
organizaciones que se pavonean de su poder e influencia, que tienen más cosas
en común con la élite del país que con la persona común y corriente que asiste
a la congregación el domingo por la mañana.
El próximo domingo hay
elecciones para presidenta de la república, digo presidenta porque son mujeres las
dos candidatas con mayor oportunidad de ganar y una en partícular. Me emociona poder votar en otra
elección histórica el próximo 2 de junio y espero que la participación
ciudadana sea igual o mayor que en la elección presidencial pasada.
Ningún proyecto político de
los que se disputan la presidencia es inmaculado. El partido oficial cuenta con
deudas y promesas pendientes, así como actores políticos con el peor historial.
La oposición presenta y representa mentiras y otros tantos personajes inombrables. El
escenario político está inundado de zonas grises y exigue a la iglesia cautela.
Vivimos una democracia en un
país diverso y plural. Como evangélicos seguimos siendo una minoría aunque existan
organizaciones político-religiosas poderosas. Esas organizaciones buscan coptar
el poder porque consideran que los cambios suceden desde las cúpulas de
influencia. Si eso fuera real, Jesús el Mesías se hubiera sentado en el trono
de César en Roma en lugar de colgar de la cruz en la periferia del imperio. La
resurrección acabó con esa mentira: en el trono del universo está el Cordero
inmolado.
En México estamos en un sistema democrático totalmente manipulable y corrompido pero perfectamente funcional. Te cuento desde mi experiencia trabajando en morena.
ResponderEliminar1. Amenazar o asesinar a candidatos opositores
2. Enfermar intencionalmente ó envenenar funcionarios de casillas opositores
3. Extorsionar o secuestrar a representantes de casilla
4. Usar al crimen organizado para intimidar comunidades enteras
5. Ordeñar urnas (sacar votos y rellenar con otros)
6. Robar urnas durante o después de la jornada electoral
7. Falsificar actas electorales en casillas remotas
8. Obligar a trabajadores públicos a votar por un candidato bajo amenaza de despido
9. Retener apoyos sociales si no se vota por cierto partido
10. Amenazar a comunidades con cortar servicios si gana la oposición
11. Comprar credenciales de elector (INE) semanas antes y devolverlas el día de la elección
12. Pagar entre $500 y $2,000 por voto a cambio de foto del voto
13. Ofrecer despensas, vales o tarjetas a cambio de votar por un partido
14. Dar transporte, comida y dinero el día de la elección para votar por el partido
15. Pagar a votantes para que “convenzan” a su familia (voto encadenado)
16. Recoger credenciales de adultos mayores y discapacitados para evitar que voten por la oposición
17. Enviar brigadas para “acompañar” a personas vulnerables a votar y controlar su decisión
18. Registrar “candidatos falsos” o satélites para dividir el voto opositor
19. Postular candidatos “independientes” que en realidad trabajan para un partido
20. Suplantar o intimidar a observadores electorales
21. Enviar representantes falsos de partidos a casillas
22. Aprovechar la regla de “quien llegue primero” para reemplazar representantes de casilla opositores
23. Tener representantes de casilla que son trabajadores del ayuntamiento
24. Promover el voto cruzado para confundir a los votantes
25. Filtrar encuestas falsas para generar percepción de “candidato ganador”
26. Difundir noticias falsas en redes sociales contra candidatos opositores
27. Hackear páginas o redes sociales de candidatos o activistas
28. Pagar influencers o medios para repetir narrativas políticas disfrazadas de opinión
29. Hacer reuniones secretas para acordar candidaturas entre élites políticas, empresariales y religiosas
30. Ocultar los colores o símbolos del partido en boletas para confundir al votante
31. Promover al candidato desde programas sociales (sin decir el nombre)
32. Lanzar campañas “ciudadanas” que en realidad son pagadas por partidos
33. Aprovechar los tiempos oficiales del gobierno para difundir propaganda disfrazada de informes
34. Colocar a familiares como candidatos para heredar poder político
35. Simular encuestas pagadas como si fueran independientes
36. Girar recursos a organizaciones “no partidistas” que apoyan indirectamente al candidato
37. Usar iglesias o templos para “sugerir” el voto sin mencionarlo explícitamente
38. Cambiar el color de uniformes escolares o patrullas para alinearlos con los del partido
39. Diseñar programas sociales nuevos justo antes de elecciones (clientelismo planeado)
40. Condicionar la ayuda de programas sociales a la entrega de información personal para bases de datos electorales
41. Gobernadores que imponen candidatos municipales, estatales o federales de su partido
42. Presidentes en funciones que colocan a su sucesor mediante acuerdos con gobernación
43. Dirigentes partidistas que venden candidaturas al mejor postor
44. Operadores políticos que reparten secciones territoriales como botín electoral
45. Simular “debates” sin tiempo suficiente ni igualdad para todos los candidatos
46. Colocar consejeros electorales locales con afinidades políticas
47. Ocupar el padrón de beneficiarios para movilizar el voto
48. Usar los programas de vacunación, salud o educación para hacer propaganda indirecta
49. Postular a personas con alto nivel de popularidad (futbolistas, actores) sólo para captar votos sin intención real de gobernar
50. Minimizar los delitos electorales en la Fepade o entorpecer su investigación
Me faltaron más prácticas, contratar grupos de choque, crear videos manipulados con Inteligencia artificial, que el cardenal o el cura decida quien será el próximo candidato (de morena y de los partidos a fines), darle dinero a la comisión representante de las parroquias (nuevamente desde morena pero en lo oculto), los mítines de morena cada vez parecen menos politicos y más religiosos, en un mitin interno de solo representantes de morena una de sus líderes mencionó: cuando te rechacen en una casa vuelve y regresa hasta que el incrédulo y toda su familia crea en el partido, los tenemos que convertir al partido. Aveces creo que solo es una religión disfrazada de este sistema llamado democracia pero es como un dios a la medida del humano, disfrazado de conceptos modernos y que solo desde una perspectiva lejana en el tiempo se podrá observar. Pero estamos inmersos en ella y sentimos que es diferente a una religión, creo que es la religión del estado y convive con otras religiones, como un politeismo a conveniencia.
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