Prefiero la democracia imperfecta, aquella que la participación ciudadana avanza dos pasos y las vicisitudes humanas hacen retroceder otras tres; sí, la prefiero en lugar de la teocracia de las élites, esa oligarquía espiritual manipuladora que opera bajo legitimaciones divinas, teologías torcidas a conveniencia y los acuerdos bajo la mesa. Llámenme ingenuo pero no creo a los políticos en tiempos de campaña, por más Biblias que acojan bajo el brazo y disposición a recibir oraciones. En momentos como estos, a la iglesia evangélica mexicana nos convendría: (1) recordarnos que vivimos una frágil república democratica de la cual todos somos responsables, no únicamente mediante el ejercicio del voto sino también en la rendición de cuentas y exigencia de que el estado garantice la paz, justicia y bienestar de todos. (2) espantarnos del imaginario político la teocracia y recordar las lecciones de la escuelita bíblica dominical. Dios es Señor de la historia. Los políticos no...
...no sólo poesía, no poder escribir nada! jaja. Te confieso que hoy cuando fui por Lindy, llegué un poco antes a la parada del autobus que va al aeropuerto y me metí al primer starbucks que vi. Ahi me senté, saqué mi libreta, mi lapiz y mi Biblia, fue hermoso, en medio de las prisas, Dios nos da descanso y pude escribir!
ResponderEliminarY a veces no son las prisas... ¡son los compas que te andan paseando! XD
ResponderEliminarNo sé cómo rayos voy a acomodar todo lo que ha pasado en una libreta... ya hasta me da miedo sentarme frente a mi libreta, ja!
Sí. Lo malo de andar a las prisas es que no se puede vivir, y eso es justo lo que impide a la poesía.
ResponderEliminarPero fíjate, entre todas las cosas que hay en el mundo, hay distancia; en cada cuerpo, hay zonas de vacío; incluso entre las partículas subatómicas de todo sólido hay cuotas de nada. De modo que, si el universo es un tejido espacio-tiempo, por ende, en todo período debe haber también fracturas, es decir, pequeños trozos de eternidad, momentos que no pasan, grietas.
En fin, acabo de descubrir tu bló. Me estaré dando las vueltas. Mientras tanto, te dejo un saludo.