De regreso a casa
En la oscuridad de la noche no se distingue la tierra del cielo, y yo observo, desde la venta del avión algunas estrellas y constelaciones de ciudades geométricamente organizadas. Allá, abajo en tierra, hay un niño curioso en la ventana de su cuarto sin poder dormir y observa las estrellas. La pequeña luz roja de las alas de este metálico transporte que parpadea llamará su atención y dirá: "un avión". Aquí, desde la ventana, observo la ciudad; me sirve un café una sonriente joven, agradezco y regreso a observar por la ventana, imagino que hay un niño desde su ventana que nos observa. Recuerdo que algunas veces así era yo. Entonces me digo a mi mismo “Ambos nos estamos viendo sin saberlo el uno y el otro.” Mi conclusión me regresa a mis ideas, me pregunto: “¿Qué haz puesto delante de mí Señor que no veo? Ayúdame a seguirte” Sonrío, apagan la luz, me da sueño, pienso en mi regreso, agradezco el viaje, me gana el sueño…