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Mostrando entradas de octubre, 2013

Al desierto se asiste por invitación

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El desierto es un sitio de soledad y silencio a donde generalmente no se va por iniciativa propia sino por invitación de Dios. Estamos rodead@s de personas, pendientes, agenda, etc. que pocas veces permanecemos en silencio y soledad, incluso, podemos estar aturdidos o gritando en Internet aun cuando en un cuarto no haya otra persona. Al desierto se asiste por invitación y es difícil rechazarla, es cuestión de discernimiento para entenderse dentro de él. ¿Qué haré ahora? Henri Nouwen dice que en “la soledad puedo desmontar mi andamiaje: nada de amigos con quienes charlar, nada de llamadas telefónicas, nada de asistir a reuniones, nada de música ambiental, nada de literatura evasiva, sino tan sólo yo desnudo, vulnerable, débil, pecador, desposeído, roto, mi nada. Es precisamente esta nada lo que tengo que afrontar en mi soledad, una nada tan terrible que todo en mí clama por amigos, mi trabajo y mis distracciones, de modo que pueda olvidarla y convencerme de que valgo algo. Pero e...

Sus manos

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* Nunca hay una señal de alarma si la responsabilidad radica en otra persona, invade tu cotidianidad sin avisar, la arrolla y con su fuerza la transforma, produce un cambio… ** Cuando hay consciencia del daño, pues semejante violencia no puede suceder sin romper ni producir dolor, la adrenalina no siempre permite el trauma. Hay dudas, preguntas, a veces miedo. El otro, si lo hay, es la primera preocupación, una reacción deseable de una persona que todavía valora más la vida por encima de los materiales. *** Reconociendo los daños se procura al responsable, hay una ráfaga de preguntas lógicas con las que bien podría acribillar. Hay confusión, reina el interés, se alzan las palabras, hay estirones y empujes, el dinero es el móvil. Casi nadie dice: “Gracias a Dios”. Tragedia vial a la espera del desenlace. **** Una autoridad se acerca a esperar el mejor postor, se alzan las ofertas, la falsa tranquilidad, una integridad ambivalente, ojos que observan a la espera de pala...