Historias de frontera
Tijuana es un rancho. Tijuana “ es un rancho”, reza el dicho tijuanense en boca de algunos de nosotros. Me gustaría dejarlo claro: Tijuana es un rancho. En estos momentos donde se palpa la xenofobia en el ambiente, la claridad en las palabras es importante. No se confundan, no quiero decir que: Tijuana “ es como un rancho”. La realidad es que lo es . La ciudad, con todo y sus millones de habitantes, es en el panorama nacional: pequeña. Por más que nos guste adornarnos, Tijuana no compite con Puebla, Guadalajara o Guanajuato bajo los mismos criterios “nacionales”. No, por eso esta ciudad crece distinta e indiferente. Se autoconstruye, ella misma es su propio modelo con desdén del sur y una mezcla de admiración y odio por el norte. La frontera es un espacio en sí mismo, legitimo, indescifrable, problemático y adictivo. Se necesita valor, resignación, creatividad y esperanza para estar aquí. Sin embargo, aun con el vientre fértil de creatividad e innovación, Tijuana es...