Mudar

Interpretando la economía de los bienes raíces, sorteando las olas de la oferta y la demanda. Sin mucha planeación pero con mucha locura o fe (que a veces pueden ser sinónimos), decidimos mudarnos de casa. El cambio, aunque abrupto, resultó sorprendentemente favorable. Gracias a Dios conseguimos una casa adecuada y con mejor ubicación en la misma área. Lo titánico de la tarea fue empacar nuestras cosas, trasladarlas e instalarlas en el nuevo lugar. El ejercicio, además de físico fue profundamente emocional. La última mudanza fue hace 5 años. Nuestra hija mejor aún no nacía. Éramos otras personas y con menos cosas. No soy fan de las mudanzas, llevo más cambios de casa en mi historia personal de los que me gustaría. Siento que tantos cambios no me ayudaron a “echar completamente raíces” en un solo sitio y tal vez yo necesitaba esa seguridad. En cambio, los cambios me otorgaron los superpoderes de la adaptación y la flexibilidad. En esta mudanza Ale y yo queríamos c...