Cuando la misión cambia
"Si me explicas bien entiendo", decía un anciano al joven. En estos días mi concepto de la misión se modificó, adquirió otro significado, se volvió algo plausible y real. Cuando se entiendes que es algo que involucra la vida misma en su totalidad y en todas sus relaciones, que se hace desde nuestra humanidad pero en el poder del Espíritu, que tiene que ver con compartir vida y la vida de Jesús y no una cultura cristiana descontextualizada y vacía de amor, me doy cuenta que es algo real y no un ejercicio de pocos. He aquí una porción de mis reflexiones.