En otra ciudad que no es la mía
... Me siento a comer con personajes que ya no me son extraños, son cercanos aunque no los haya visto en un año. En otro escritorio que no es necesariamente el mío escribo, lo que al leer tiempo después reconozco como mis palabras. Esta ciudad enorme le conflictua, me hace sentir pequeño, extranjero, y aunque la recorra una y otra vez en el fondo se que no me entiende del todo, ni yo a ella. Mi acento me identifica como "no de aquí", turista... Pero aunque sigo escribiendo me recuerdo que la ciudad son piedra sobre piedra, organizada sobre una lógica de poder desconocida y macabramente mecanizada. Por mas años que estén impregnadas en la piedra no podrán superar los rostros de millones que le dan vida. Vuelvo a leer las ultimas dos líneas y sonrió, me digo a mi mismo, "una ciudad de personas". Esa idea me gusta, la conservo, entonces me Pinto un mejor panorama, andar la ciudad es relacionarse con las personas, caminando a su lado, esquivando juntos los peligros, di...