Entró por cada uno de nuestros poros, nos lo contagiamos con estornudos desde el púlpito, con los saludos de mano, con los besos de mejilla, se nos subió a la cabeza, nos nubló la vista, contagió nuestro corazón y finalmente caimos enfermos, con el cuerpo cortado, lastimados, cansados, envidiando al otro. Hoy en las Iglesias todos quieren ser líderes, hay servicio para líderes, capacitación para líderes, sillas para líderes, espacios en la liturgia para líderes, campamentos para líderes, congresos para líderes, diplomas para líderes, micrófonos para líderes, grupos de alabanza para líderes, reflectores para líderes, estacionamientos para líderes, corbatas para líderes, Biblia de líderes, dioses para líderes, familia de líderes, vacaciones para líderes, problemas para líderes y problemas de líderes... etc, etc. Nuestras congregaciones derrochan títulos al por mayor, engordan sus filas con clerigos, organizan sus parcelas de poder en estructuras piramidales, se reparten los diezmos, se r...