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Mostrando entradas de 2009

La canción más hermosa del mundo, Joaquin Sabina

Yo tenía un botón sin ojal, un gusano de seda, medio par de zapatos de clown y un alma en almoneda, una hispano olivetti con caries, un tren con retraso, un carné del Atleti, una cara de culo de vaso, un colegio de pago, un compás, una mesa camilla, una nuez, o bocado de Adán, menos una costilla, una bici diabética, un cúmulo, un cirro, una strato, un camello del rey Baltasar, una gata sin gato, mi Annie Hall, mi Gioconda, mi Wendy, las damas primero, mi Cantinflas, mi Bola de Nieve, mis tres Mosqueteros, mi Tintín, mi yo-yo, mi azulete, mi siete de copas, el zaguán donde te desnudé sin quitarte la ropa. Mi escondite, mi clave de sol, mi reloj de pulsera, una lámpara de Alí Babá dentro de una chistera, no sabía que la primavera duraba un segundo, yo quería escribir la canción más hermosa del mundo. Les presento a mi abuelo bastardo, a mi esposa soltera, al padrino que me apadrinó en la legión extranjera, a mi hermano gemelo, patrón de la merca ambulante, a Simbad el marino que tuvo

Pensando en mujeres...

Ahora que las pienso a razón de las letas de una canción y dos libros que estoy comeindo, me doy cuenta que mi caminar con Jesús ha sido impactado de mayor manera por mujeres, un lindo detalle que no había considerado. El tema me provocó una serie de: lluvias de recuerdos-comentarios que he hecho en el pasado ( y por los que me he arrependido) y otros que escuché de "hermanos" (incluso desde el púlpito) sobre "las hermanas". Me gustaría dejar en claro, antes de continuar, que mis ideas están ubicadas en un lugar social especifico en el cual reconozco la preencia de dos mujeres muy cercanas a mí que han influenciado en gran medida mi pensamiento, una de ellas mi mejor amiga y la otra también. Sobre el tema soy consciente que, lejos de poder hacer una erudita contribución, sea desde las ciencias sociales, la historia o la teología, llegué a él por el camino de los encuentros que despiertan recuerdos y proyectan perspectia de futuro, por lo tanto, con más libertad,

Amiga, de Luis Enrique Ascoy

Vaya, escúchen lo que me encontré por ahí!!!....

Sobre testimonios, testirollos y tristemonios

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Algunas cosas simplemente hay que decirlas, pero más allá de la máxima de “la forma del contenido”, o como dices las cosas, hay un escalón más alto y de igual importancia que bien podríamos sintetizar en una frase útil como esta: “el para qué del contenido”. Nuestras palabras son importantes, el poder de la vida y la muerte está en nuestra lengua, de tal forma que conviene ser prudente en el uso de tal instrumento. De ahí que no se haya equivocado el sabio árabe que dijo: “Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio : no lo digas”. En verdad tiene razón. Sin embargo, esta pequeña frase llena de verdad pudiera ser un pretexto para el hijo de Dios guarde silencio ante la realidad y que desea llevar una vida cómoda con el mundo, apartado de los problemas de la sociedad. Pero por otra parte hay un Señor al que pertenecemos que nos exhorta a levantar la voz por el oprimido y buscar justicia. Estas aparentes tensiones vuelven deliciosa la convivencia con el Creador y la comunidad

Me gusta y qué

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Nadie escapa a su ciudad, cuando yo recorro en la que vivo encuentro un acto de realidad en cada esquina, las historias brincan en las banquetas para que las vean. La ciudad es un espacio de relación entre los que la habitan, aunque solamente nos demos cuenta de eso cuando alguien se equivocó y nos hace retardarnos cinco minutos… me gusta habitar Tijuana…

Vida en su hablar

El que escribe sabe que, lejos de ser el mejor escritor del mundo, es un pescador de letras, por lo tanto aguarda y cultiva paciencia, casi nunca se pesca a la primera. ¿Lo haz intentado? Salir a la playa, mojar tus pies en el frío mar, undirte suavemente en la arena, poner tu esperanza en la punta del anzuelo, adentrarte al mar, sentir la fuerza de las olas golpeando tu pecho, burlar algunas de ellas y lanzar con fuerzas el metal curvado con la plomada en la punta, verlo volar y caer de prisa para bucear en el profundo mar buscándo un rico pez que tenga ganas de pasear. El que escribe piensa, con determinada certeza, en la existencia de un yo-otro que lo leerá, por lo tanto se preocupa por inventar un lenguaje que ambos puedan decifrar. Pero se haya en la tremenda dificultad de hacerlo a la primera. Por eso buscó en su mochila de viajero, en la caja de recuerdos que guarda en el primer cajón de su armario, en las postales de la pared, en la pintura que le obsequiaron

Ayer se acabaron...

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...mis días de estudinate en la UABC. La tan predicaba interdisciplinaridad me alcanzó en mi última hora del último semestre de clases como estudiante de licenciatura, sentado en frente a una Mac guardando clips de video para un documental llamado TIJUANA INDÍGENA. Salí, de la ahora Facultad de Humanidades, solo, envuelto en una atomósfera mística, escuchando el sonido de mis pasos en el vacío y la música a lo lejos que provenía de la banda contratada por los que hasta ayer fueron mis vecinos en la Facultad de Administración y Contaduría y el mariachi de los vecinos de Turismo y Mercadotecnia. No hubo amigos de quienes despedirse, ni profesores a quienes saludar, fue un recuerdo de la primera experiencia en la universidad, como el primer día en el que s olo llegué sin estar muy seguro de qué encontrar y solo me fui no muy seguro de lo que iba a hacer pero contento por iniciarlo; en esta ocasión me fui solo no muy seguro de qué hacer con lo que encontré, contento por lo que hice y aún f

Son 49...

Felicidades papá! Ayer alcanzaste a tocar con los diez dedos de tus dos manos cuarenta y nueve años! Y siempre estás aquí, papá, tapicero de manos ágiles, que haz sabido aterciopelar y cuidar, amigo. Vamos por los que nos quedan, Te quiero.

Llegó el otoño

El Otoño es un jínete que recorre el jardín levantando polvo y las hojas secas de los árboles; el Otoño lo descubro al saberme los labios resecos, partidos. El Otoño juega a ser mensajero y llevar noticias, de que la Navidad pronto llegará, que mi cumplaños ya paso. Hay con el Otoño, porque me hace alegrarme por el calor que ya se fue, emocionarme con el frío que viene. No sé, tal vez, el Otoño me cae bien porque al verlo sé que pronto estarás aquí y sentiré tu nariz fría tocando mis mejillas cuando nos encontramos.

Conversaciones con una mujer maltratada llamada Tijuana

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Niña de risa discreta y ojos tristes, No llores, Siéntate a mi lado para contarte tus primeros días, Aquellos que todavía conservo en mis memorias, Y tú olvidaste en la juventud. Días de paz y gozo fueron aquellos Cuando Dios abrió los cielos y descendió, Te parió con amor, Como madre a su primogénito, Cubrió tu cuerpo desnudo con neblina matutina Y posó tu cabeza sobre tu pecho, Llenóte el rostro de besos Y sus labios húmedos fueron cual brisa de marina, A tu frente y doradas mejillas de estepa. Trazó con sus dedos, Cual niño juega en el barro, El cauce de un río, Juntó la tierra entre sus manos y levantó el Colorado, Por qué dices: “El Señor me ha olvidado”, Si cada atardecer él está a tu lado, Te busca desde lejos como enamorado. Yo creo que tú le has rechazado, Como joven deslumbrada por los placeres Huiste de casa, Abriste tu puerta al extraño, Vendiste tu cuerpo a cambio de dinero, Desperdiciaste la inocencia del

Envuelto por vos

Entretenido entre letras y con palabras, alentado en las palabras, con la Palabra que es acción y desde el principio, el Logos hecho carne. Hablas y escucho, mi oído se deleita en tu instrucción y mi alma encuentra paz con tu correción, porque desaría la vida, resignifica la cotidianidad, lo mismo das esperanza con tu voz que insertidumbre con tu silencio. Entre poetas de versos secos y cantados, con la melodía de la guitarra o el suave peculiar sonido de su voz, entre un Sabines acompañado de un Drexler, comiendo con un señor Guerra y bebiendo una copa con Serrat o Delgadillo, iniciando una de esas buenas conversaciones con Pacheco o Mistral, así paso este día frente al mar, sentado sin nada en mi mente que no seas tú. Esperando puntual tu cita, tu abrazo, tu caricia, tu promesa de volvernos a encontrar en un lugar extraño y cotidiano. El día transcurre entre la experiencia hecha poesía, con la sensibilidad a flor de piel, con la canción que hace llorar, con las noticias que dejan ese

El peatón, de Jaime Sabines

Se dice, se rumora, afirman en los salones, en las fiestas, alguien o algunos enterados, que Jaime Sabines es un gran poeta. O cuando menos un buen poeta. O un poeta decente, valioso. O simplemente, pero realmente, un poeta. Le llega la noticia a Jaime y éste se alegra: ¡qué maravilla! ¡Soy un poeta! ¡Soy un poeta importante! ¡Soy un gran poeta! Convencido, sale a la calle, o llega a la casa, convencido. Pero en la calle nadie, y en la casa menos: nadie se da cuenta de que es un poeta. ¿Por qué los poetas no tienen una estrella en la frente, o un resplandor visible, o un rayo que les salga de las orejas? ¡Dios mío!, dice Jaime. Tengo que ser papá o marido, o trabajar en la fábrica como otro cualquiera, o andar, como cualquiera, de peatón. ¡Eso es!, dice Jaime. No soy un poeta: soy un peatón. Y esta vez se queda echado en la cama con una alegría dulce y tranquila.

Al florecito!

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Nos alegramos al saber de tí, de la felicidad en las miradas de tus padres, de la vida que hay en ti. Y ahora creces entre mimos y cariños, Pero tú, como en un plácido sueño nos haces esperar para verte.

A una chica

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A la mujer que aún no conozco o reconozco, a la que algún día me he de encontrar. Sabes, no me intriga saber quién eres, sino las múltiples decisiones tomadas que nos han de acercar. ¿Qué haces ahora mujer? Lees, cantas, bailas, te peinas antes de dormir, o sales a la calle a caminar. ¿Me has visto? ¿Te he visto? ¿Nos hemos visto? ¿Y si no cuándo? ¿Y si sí por qué no nos reconocemos? Mujer, mis “te amo” los quiero demostrar con mis acciones, que vayan más allá de gestos de caballerosidad, no serán simples versos en tus cuadernos faciles de olvidar. Mi mirada de ti a diario se ha de enamorar, al caminar a tu lado, en las luchas conjuntas, con los dolores del cansancio, al momento de sentarse a partir el pan, y juntos compartirlo, darlo, dejarlo. El Señor a quién servimos nos sabrá llevar, será desde hoy el centro de nuestra relación, nos dará Su amor y con ese amor aprenderemos a amar. ¿Qué haces ahora mujer? Duermes, trabajas, sales a pasear, o te sientas a descansar. ¿Me pregunto qu

Crónica de un congreso anunciado...

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...o de cómo el Pato y yo nos pusimos a llorar cuando platicábamos en un café en Ciudad Juárez mientras desayunábamos un chocolate y un tamal mientras le pagamos a un conjunto norteño para que atrás de nosotros tocara Paso del Norte. Estoy a punto de salir de Ciudad Juárez, es domingo 1 de noviembre, después de seis días de vivir en una ciudad orgullosa de su historia, que se siente protagónica en la historia de México pero que vive en resistencia constante contra el miedo y la ingobernabilidad. Es mi segunda estancia en estas tierras, que para mi sorpresa me recibió con nieve en los cerros de los a lrededores y El Paso. En un día más estaré en casa, en Tijuana, es evidente los muchos paralelismos que estas dos ciudades pueden tener, suelen ser más que las diferencias. Como la primera vez que visité esta ciudad fronteriza fue para un evento académico de historia en esta segunda ocasión el pretexto fue el mismo. Mis compañeros y yo asistimos al XII Congreso Int